El nacionalismo vasco sale unido en San Sebastián en apoyo de Otegi
Miles de personas, en la protesta de los sindicatos contra la operación de Garzón
El nacionalismo vasco se unió ayer en las calles de San Sebastián, en una de las manifestaciones más nutridas de los últimos años en Euskadi, para mostrar su rechazo a la operación del pasado martes del juez Baltasar Garzón contra el intento de ETA de resucitar su brazo político para gestar un frente soberanista. Sindicatos y partidos nacionalistas se concertaron para sacar a decenas de miles de personas a la calle en apoyo a los detenidos, entre ellos Arnaldo Otegi y el ex secretario general de LAB Rafael Díez Usabiaga, ambos en prisión.
Con los secretarios generales de las centrales nacionalistas al frente de la manifestación, los participantes exigieron la liberación de los cinco miembros de la izquierda abertzale enviados a prisión por formar parte de Bateragune, el órgano designado por ETA para poner en marcha su estrategia politico-militar y dar a luz a un frente soberanista sin el PNV. Este último optó por acudir a la marcha con sus máximos dirigentes territoriales, pero no fue su presidente, Iñigo Urkullu.
Acusan a Garzón de "entorpecer el proceso político" con las detenciones
Egibar: "Quienes estén a favor de la paz, tendrán nuestro apoyo"
El líder guipuzcoano del PNV, Joseba Egibar, quien más pujó para que su formación saliera en la foto de apoyo a los sucesores de Batasuna, no dudó en afirmar que "quienes desde la palabra y el respecto a los Derechos Humanos de todos quieren construir un futuro de paz", aludiendo a los detenidos, merecen el "apoyo y adhesión" de su partido. Su homólogo vizcaíno, Andoni Ortuzar, uno de los dirigentes más cercanos a Urkullu, fue más mesurado y se limitó a decir que los peneuvistas acudieron porque "se reconocen" en el lema de la protesta -Askatasunaren alde. Eskubide guztiak guztiontzat (En favor de la libertad. Todos los derechos para todas las personas)-.
La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, que avaló la Ley de Partidos y recalcó la "necesidad social" de ilegalizar el brazo político de ETA, no parece haber movido al nacionalismo soberanista de sus postulados. Todos criticaron las detenciones acusando al juez Garzón de "entorpecer un proceso político para la solución del conflicto vasco por vías democráticas", tal y como afirmó el dirigente de EA, Peio Urizar.
Adolfo Muñoz, secretario general de ELA, que tiene cerca del 40% de la representación sindical en Euskadi, animó a los presentes a "abrir un espacio para confrontar democráticamente al Estado". En el discurso final, que retomó casi al pie de la letra el comunicado hecho público por las seis centrales convocantes (ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU) el jueves, la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, pidió a los trabajadores que apoyan sus ideas que "redoblen su compromiso" con la causa para alcanzar una solución "democrática" para el "conflicto vasco". "Lo que el Estado viene realizando al amparo del pacto antiterrorista suscrito por PP y PSOE en diciembre de 2001 es un genocidio político en toda regla al que es preciso dar fin", volvió a decir por su parte el máximo responsable de ELA.
Los dirigentes sindicales midieron mucho sus palabras y gestos durante el acto. La secretaria general de LAB no quiso responder sobre si la protesta podía ser el comienzo de un proceso similar al del Pacto de Lizarra que aglutinó a las fuerzas nacionalistas en 1998 e incluyó una tregua que ETA terminó rompiendo 14 meses después. En todo caso, los mensajes enviados apuntaban hacia el deseo de que lo de ayer tuviese continuidad. "[La marcha] es un nuevo paso hacia un proceso que tiene que encarrilar las soluciones democráticas que necesita este país", recalcó la responsable de LAB.
Egibar, que marchó unos metros detrás de uno de los detenidos en la operación, Rufi Etxeberria, quiso recalcar que su presencia "no significa que haya una identificación ni con ETA ni con sus presuntos planes". Pero tuvo que oír como algunos de los participantes lanzaban gritos como "Batasuna Aurrera [adelante]" o como llamaban "fascista" al PSOE, formación a la que el PNV apoyará para sacar adelante los Presupuestos de 2010. Se quedó hasta el final y pudo oír como se cantó la Internacional en euskera y el Eusko Gudariak.
Entre los asistentes estaban José Luis Moreno, otro de los detenidos el martes y puestos en libertad, así como destacados miembros de la izquierda abertzale como Tazio Erkizia o las alcaldesas de Mondragón y Hernani. También acudieron representantes de Aralar, Ezker Batua y Hamaikabat -formación escindida de EA-.
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