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Sócrates promete una etapa de diálogo al recibir el encargo de formar gobierno en Portugal

"Espíritu abierto y corazón limpio". El socialista José Sócrates, ganador de los comicios legislativos de Portugal del 27 de septiembre, prometió ayer un nuevo talante presidido por el diálogo, después de recibir el encargo del presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, de formar gobierno. El primer ministro en funciones iniciará ahora una ronda de conversaciones con los partidos políticos parlamentarios, para apuntalar un acuerdo que garantice la gobernabilidad. "El país necesita un Gobierno para cuatro años, un Gobierno estable y un Gobierno que esté en condiciones de resolver los problemas del país", dijo Sócrates a la salida del palacio presidencial de Belem.

El líder socialista tiene un plazo de 10 días para formar el nuevo Ejecutivo, tras lo cual someterá el programa de gobierno a la Asamblea de la República (Parlamento). Portugal entra en una nueva etapa política, en la que Sócrates tendrá que aprender a gobernar sin mayoría absoluta. Recibió el encargo presidencial todavía bajo los efectos del excelente resultado obtenido por el Partido Socialista (PS) en las elecciones municipales del domingo, que le dieron el mayor número de votos.

La alianza centroderechista del Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Popular (PP) gobernará en ocho Ayuntamientos más que el PS, pero este partido es el único que mejoró sus resultados en comparación con las municipales de 2005. António Costa, alcalde socialista de Lisboa, fue reelegido por mayoría absoluta. Al igual que el conservador Rui Rio en Oporto.

El líder socialista tiene motivos para estar satisfecho a la hora de hacer balance del ciclo electoral que ha vivido Portugal los últimos tres meses. El descalabro del PS en las europeas del 7 de junio era el peor de los presagios. El PSD creyó llegada la hora de volver al Gobierno, y encaró las elecciones legislativas del 27 de septiembre con moral de victoria. Los ánimos empezaron a flaquear a medida que avanzaba la campaña, que puso de manifiesto que Manuela Ferreira Leite no era una candidata para ganar. El PSD perdió las elecciones legislativas y cedió más terreno en las municipales. Todo lo contrario del Partido Socialista, una formación que ha ido de menos a más.

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