Pakistán anuncia una nueva ofensiva contra los talibanes
Clinton advierte sobre la creciente amenaza integrista en el país asiático
Casi 20 horas resistieron los terroristas talibanes en el edificio del cuartel general del Ejército paquistaní que tomaron el sábado a mediodía. Hasta que en la madrugada de ayer, un grupo de operaciones especiales asaltó el inmueble y liberó con vida a 39 de los 42 rehenes. Aunque el portavoz militar calificó de "éxito" el rescate, el solo hecho de que los extremistas lograran entrar en el recinto resulta embarazoso para el Ejército. Azuzado por ese desafío, el Gobierno ha declarado "inminente" la operación contra Waziristán del Sur, la región que sirve de santuario a los radicales islamistas.
"Lo ocurrido constituye otro aviso de la creciente amenaza de los extremistas a la autoridad del Estado, pero no vemos pruebas de que vayan a hacerse con el poder", dijo la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ayer en Londres. Tanto ella como su anfitrión, David Miliband, coincidieron no obstante en que no hay riesgo de que las armas nucleares de Pakistán vayan a caer en manos de los terroristas.
La intervención militar paquistaní se saldó con la muerte de tres rehenes, dos soldados y cinco terroristas, lo que eleva a 20 los fallecidos. Seis soldados y cuatro terroristas murieron el día anterior. El portavoz del Ejército, el general Athar Abbas, calificó el ataque de "muy elaborado". Primero utilizaron uniformes militares para acceder a la entrada del recinto sin despertar sospechas. Luego, parte del grupo aprovechó el tiroteo para penetrar en uno de los edificios y tomar como rehenes a sus ocupantes, tanto civiles como militares.
Cuando entraron las fuerzas especiales, encontraron a 20 de los rehenes en una habitación vigilados "por un terrorista que llevaba un chaleco explosivo" y al que las tropas dispararon "antes de que pudiera apretar el detonador", según Abbas. El portavoz también subrayó la detención del presunto cerebro del ataque, al que identificó como Aqeel, alias Doctor Usman, cabecilla de una de las numerosas facciones afiliadas al Movimiento Talibán de Pakistán (TTP) y a quien se vincula con el atentado contra el equipo de críquet de Sri Lanka, el pasado marzo en Lahore.
En cualquier caso, lo sucedido ha puesto de relieve que el ministro del Interior, Rehman Malik, se precipitó cuando declaró recientemente que el Ejército había "roto la espina dorsal" de los talibanes. A pesar de su éxito en el Valle del Swat, muchos analistas consideran un error que no continuara la operación en las zonas tribales del noroeste del país, lo que habría impedido que los extremistas se reagrupasen.
"Se ha decidido, las autoridades civiles han decidido... que la operación es inminente", reveló Malik en una entrevista con la agencia Reuters en Singapur, donde se encuentra de visita. "El jefe del Ejército ya tiene la orden", añadió en lo que parece un intento de contrarrestar la conmoción que ha producido el ataque terrorista a la capitanía general tanto dentro como fuera de Pakistán.
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