_
_
_
_
El saqueo del Palau

El Palau tenía dos fondos de inversión y 10 cuentas ocultas

La fundación tenía un depósito en una banca que gestiona grandes fortunas

Lluís Pellicer

La Asociación Orfeó Català, la que en principio debía ser la entidad del Palau de la Música que menos dinero manejaba, tenía cuatro cuentas bancarias ocultas y dos fondos de inversión en varias entidades financieras. A ellas, según el sumario, se suman seis cuentas más a nombre de la fundación, lo cual confirma la existencia de una doble contabilidad en esta entidad que escapaba del alcance de la auditoría. Uno de los depósitos de la fundación correspondía, además, a Altae Bank, la banca privada de Caja Madrid, cuyos clientes son sobre todo grandes fortunas.

El único patrimonio de la Asociación Orfeó Català debía ser el edificio del Palau de la Música. Era el hermano pobre, puesto que se nutría de las cuotas de sus socios y ni siquiera tenía a sus trabajadores en plantilla. Sólo aparentemente. El actual director general del Palau, Joan Llinares, remitió a la fiscalía una relación de las cuentas a nombre del consorcio, de la fundación y la asociación que había obtenido del Banco de España. Las tres entidades sumaban 57 depósitos, de los cuales 10 no estaban registrados oficialmente en el Palau.

Más información
Millet y Montull desviaron otros 1,7 millones cuando les investigaba Hacienda

En el documento entregado a la fiscalía, aparecen anotadas a mano la cuenta de Altae Bank y dos fondos de inversión, uno a corto plazo y otro a largo.

Llinares informó también al fiscal de la decisión de inmovilizar en el garaje del Palau el Mercedes S600 de Millet y el Mercedes S450 de Montull, y dio cuenta de todas las llamadas que se realizaron con los teléfonos móviles de la entidad. Por ejemplo, Jordi Montull gastó 6.800 euros en un año con sus tres móviles.

Según la documentación aportada, el ex tesorero de la fundación Enric Álvarez, también imputado por el juez, podría estar al corriente del saqueo. La operación del local debía pasar obligatoriamente por la junta de la fundación, aunque nunca lo hizo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Álvarez y Bergós

Sin embargo, Álvarez firmó un certificado el pasado 20 de julio en el que sostenía que tanto la asamblea general como la junta directiva del 9 de junio "autorizaron por unanimidad" a Millet a comprar por un importe de tres millones. Un mes más tarde aseguró por escrito a la presidenta del Palau, Mariona Carulla, que "en ninguna" de las reuniones a las que asistió se trató de esa transacción.

El sumario también incluye un certificado firmado por el ex secretario Raimon Bergós, aportado por Millet y negado por Bergós, en el que el abogado certifica que la retribución de cerca de 1,1 millones de euros que cobró el ex presidente como bonus estaba prevista por los estatutos y el acta fundacional de la entidad.

El precedente de la operación del local

El ex presidente del Palau de la Música Fèlix Millet y su brazo ejecutor, Jordi Montull, pusieron a disposición judicial un patrimonio de 15 millones de euros. El de Millet, que no incluye el que tiene su esposa, Marta Vallès, era mucho más amplio. Por ejemplo, tiene una urbanización valorada en seis millones de euros, dos solares en Menorca que ascienden a 1,4 millones de euros y una casa en la isla que vale unos 900.000 euros. Pero su patrimonio incluye también dos amarres, un cuadro de Casas y uno de Nonell.

Las propiedades de Montull tampoco son menores. Su patrimonio a disposición judicial asciende a 2,47 millones y sólo su casa de Teià ya está tasada en tres millones. Aun así, a Montull se le olvidó declarar algunas operaciones y propiedades que confesó tener tras el registro de una vivienda del número 7 de la calle de Verdaguer i Callís.

Según el sumario, en ese domicilio se hallaron varios proyectos urbanísticos y carpetas con diversos rótulos en el lomo: Concert Ametlla, Ajuntament Ametlla, Parroquia Ametlla, Can Millet... El inmueble estaba a nombre de la sociedad Febrero y Marzo, SL. El 22 de septiembre, Montull confesó que tenía más propiedades de las declaradas: el piso de Verdaguer i Callís, una vivienda en la calle de Provença y un piso con garaje y trastero en Pamplona (Navarra). Si lo hizo, según dijo, fue para resarcir al Orfeó. "Mi única intención era poner en venta estos inmuebles para afrontar con más facilidad la reparación económica al Orfeó Català", aseguró en una carta al juez.

En esa misiva, Montull confesó otra operación inmobiliaria con otro local. Aseguró que en 2001 había comprado un establecimiento en el número 6 de Sant Pere Mitjà por el que pagó 80.000 euros, aunque matiza que lo escrituró por la mitad. Tres años después, lo revendieron al Orfeó por el doble, 160.000 euros. Un precedente a pequeña escala del pelotazo posterior.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_