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Reportaje:

En la Euskadi 'underground'

La Fundación Sancho el Sabio exhibe en Vitoria una selección de su colección de fanzines, con más de 500 títulos

Fruto del impulso juvenil por difundir ideas, dibujos, cómics o pequeñas creaciones literarias, los fanzines son imprescindibles testigos de la cultura popular del último cuarto del siglo XX. Como publicaciones sin voluntad de eternidad, la mayor parte desaparecieron tras su lectura, a excepción de las que ha conservado la Fundación Sancho el Sabio de Vitoria. Una destacada selección se exhibe desde ayer en su nueva sede de Betoño, en Vitoria. Todo un ejercicio de memoria de la cultura underground vasca desde 1977.

En esas fechas inmediatamente posteriores al final del franquismo, adquieren carta de naturaleza alegal publicaciones como Araba Saudita (o la mala okstia le quita), Euskadi Sioux o Pott, al mismo tiempo que Bandera negra y otros fanzines de inspiración libertaria se reparten por los bares alternativos. De este caldo de cultivo efervescente surgieron Resiste o Muskaria, imprescindibles también para comprender las prácticas políticas autónomas o la evolución de la música vasca, respectivamente. Sólo se mantienen con dignidad otros títulos que nacieron en los ochenta como Ekintza Zuzena, TMEO o Karma.

"Los fanzines no han desaparecido. Muchos no se imprimen y están en Internet"

En general, la vida de los fanzines es efímera. Productos de autoría personal, realizados en su origen de manera artesanal, a partir de fotocopias y recortes, se han ido sofisticando con la evolución de los medios de edición informática, hasta llegar al punto de su paso a Internet. "No es que hayan desaparecido los fanzines, simplemente muchos no se imprimen y sólo están accesibles en la Red", explicó ayer Charo Martínez Díaz de Zugazua, jefa de publicaciones seriadas de la Sancho el Sabio.

El trabajo de Charo Martínez está más relacionado con las revistas tradicionales, las que se adquieren en los quioscos y librerías. "Nuestro empeño por los fanzines procede del anterior director de la Fundación, Jesús Olaizola, que acudía a bares y aquellos sitios en los que se distribuían en Vitoria a principios de los ochenta", explicó en la presentación.

La Fundación ha mantenido esa dedicación recopiladora, trasladada a toda Euskal Herria, como se refleja en la muestra, con dos títulos de Iparralde, numerosos navarros, alaveses y guipuzcoanos y una principal presencia de fanzines del Gran Bilbao. En total, alrededor de 500 títulos que reflejan en muchas ocasiones una estética amateur, que mejora con la profesionalización de los editores. Con excepciones como La galleta del norte o Karma dice, que cuidaron la estética, cada cual en su género, desde el principio. En la visita, no hay que perderse las extravagancias, como Zuku festa, primera publicación porno en euskera, o Metak zine, una publicación de Irún, que apareció en euskera, español, catalán y... alemán.

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