La nueva ejecutiva mira hacia las elecciones locales

Sin sorpresas. La nueva ejecutiva que marcará los designios del PSE durante los cuatro próximos años estaba cantada. En sus más altos cargos al menos, porque tampoco se cumplieron todas las premisas anunciadas. Renovación sí que hubo en el plantel, pero sin excesivos cambios al frente. La entrada de jóvenes valores fue más bien escasa y el intento de reducir el número de dirigentes quedó en un mero espejismo. Al contrario, y contra pronóstico en un partido que debe compaginar su labor con las nuevas tareas de gobierno, la cúpula se incrementó ayer en una decena de componentes. Pan para todos.

Tras la esperada reelección de Patxi López como secretario general el sábado, la incertidumbre se centraba ayer en conocer a su equipo de acompañantes. La clausura del sexto congreso de los socialistas vascos en Bilbao dejó como principal novedad la distribución de tareas que hasta ahora centralizaba Rodolfo Ares. Su cargo como responsable de Organización lo asume desde ahora Alfonso Gil, aunque las funciones se las tendrá que repartir con el nuevo secretario de Coordinación, Mikel Torres, y con el flamante portavoz del partido, José Antonio Pastor. Juntos conformarán el tridente encargado de respaldar al lehendakari desde la formación.

El cónclave apoyó la ponencia, que se centra en la crisis y el terrorismo

Gil, Torres y Pastor se reparten el poder que ostentaba Ares como organizador

La candidatura fue respaldada por el 94,7% de los casi 500 votos emitidos

Seis históricos dejan una dirección que incorpora a 19 caras nuevas

Trío de figuras para sustituir a un consejero de Interior que, pese a su esperada retirada a un segundo plano para centrar su labor en el Gobierno vasco, mantendrá su representación en la ejecutiva como responsable de la importante Secretaría Política. Entre la cúpula directiva permanecen, además, el presidente Jesús Eguiguren y otros nombres de peso como Javier Rojo, Txarly Prieto, Miguel Buen, Isabel Celaá o los jóvenes Óscar Rodríguez y Eduardo Madina. Difícil con tan completo organigrama no agradar a las bases. Quizá de ahí se deduce el respaldo del 94,7% que obtuvo la candidatura, apoyada por 462 de los 488 votos emitidos.

Otra de las conclusiones que se puede extraer de la composición directiva, como ayer mismo admitió el propio López, es la "apuesta real" del PSE por las próximas elecciones municipales. Se refleja en la elevada presencia de alcaldes. Cinco en concreto, con cuatro vizcaínos y un guipuzcoano: Mikel Torres de Portugalete, Tontxu Rodríguez de Barakaldo, Loly De Juan de Basauri, Carlos Totorika de Ermua y José Antonio Santano de Irún. Y junto a ellos, "varios candidatos a gobernar sus respectivos ayuntamientos en un futuro cercano", según avanzó convencido el secretario general y lehendakari.

Veinte hombres y dieciocho mujeres para una ejecutiva igualitaria, aunque no en sus primeros puestos, que recaen sobre todo en varones. La lista recoge la incorporación de diecinueve personas y la baja de históricos socialistas como Dimas Sañudo, Javier Cruz, Barbara Dührkop, Elvira Cortajarena, Teresa Segura o Alberto Buen, además de Amaia Goiaran, Eider Gardiazabal y Pilar Unzalu, que ha preferido reservarse para su cargo de responsable de Medio Ambiente en el Gobierno vasco.

La designación de la cúpula que dirigirá el socialismo vasco hasta 2013 puso el colofón al cónclave del PSE, pero no fue la única cuestión que ayer se votó. También recibieron el visto bueno de los más de quinientos delegados acreditados el nuevo Comité Federal y el Nacional, además de la Comisión Ética, que estará presidida por Julio Astudillo. Los distintos grupos comenzarán a trabajar "en las próximas semanas", una vez celebrados los congresos territoriales del partido.

Un "nuevo país"

Durante el fin de semana, las bases del partido aprobaron también la ponencia que guiará el recorrido político del PSE en los próximos años. El texto salió adelante "con total sintonía", tras ser transaccionadas 85 enmiendas y rechazadas las otras 16 presentadas. El documento establece como "prioridad" la lucha contra el terrorismo, desde la unidad democrática, y la obtención de más recursos públicos de cara a realizar un "programa de choque contra la crisis", para lo que aboga por reformas fiscales y endeudamiento.

El secretario general de los socialistas alaveses, Txarly Prieto, elegido ayer nuevo secretario de Estudios y Programas, avanzó que se ha acordado celebrar, "en el menor plazo posible", una conferencia política para "poner a punto" el programa del partido para los comicios locales y forales de 2011. En este sentido, insistió en que la política de alianzas se decidirá después de las elecciones, "que es cuando procede". De hecho, advirtió que las municipales suelen configurar en Euskadi "un mapa muy diverso" en el que las fuerzas mayoritarias pueden no resultar decisivas, por lo que abrió la puerta de los acuerdos a "todos los partidos democráticos". Aún así, quiso dejar bien claro que el objetivo del PSE pasa por "reforzar el cambio" iniciado en el Gobierno vasco.

El discurso de clausura lo ofició Patxi López en el día de su quincuagésimo cumpleaños. Lejos de erigirse en protagonista, el secretario general quiso agradecer la entrega y responsabilidad de todos los integrantes de la ejecutiva, "tanto de la anterior como de la nueva", y recalcó la necesidad de mantener unido al partido para "modernizar" su proyecto político. "Ha sido un buen congreso en el que hemos abordado ideas, objetivos y distintas propuestas de futuro. Lo que interesa de verdad a la inmensa mayoría del país", argumentó el lehendakari, en clara oposición a los "debates permanentes sobre identidades, símbolos y banderas".

López aprovechó la intervención para repasar las líneas básicas de su estrategia política y recordó que el PSE no puede permitirse el lujo de ser un partido "blando y sumiso", que confunda la defensa del Gobierno con limitarse a ser un simple "eco acrítico". Así, abogó por "sentar las bases, no ya de un modelo de crecimiento económico, sino de un nuevo modelo de país solidario y sostenible", que fije las futuras estrategias "energéticas, industriales, fiscales, tecnológicas, educativas, sanitarias, sociales y administrativas".

Antes de acabar, el máximo responsable de los socialistas vascos delegó en las bases el desarrollo de la "pedagogía" necesaria para convertir a la formación en el motor que desmonte, en alusión al PNV, "esa vieja cultura política que ha privilegiado los intereses de partido" por encima de los generales. Porque, según López, "Euskadi ha vivido en cuatro meses un avance mayor que en los últimos diez años". "No le vamos a fallar a este país. Está en buenas manos", manifestó convencido, al son del Zorionak zuri.