Garzón ordena traer a España a los dos piratas detenidos tras el secuestro
Fueron arrestados cuando iban a la costa en lancha tras abandonar el 'Alakrana'
La detención en la madrugada de ayer de dos de los 13 piratas que secuestraron frente a Somalia al atunero español Alakrana (con 36 tripulantes) fue una operación de alto riesgo y precisión, que requirió autorización previa del Gobierno. No en vano, el arresto de ambos secuestradores se materializó mientras a bordo del Alakrana seguían once piratas armados con fusiles y lanzagranadas vigilando a la tripulación del pesquero (16 de ellos españoles). La operación salió bien, aunque uno de los piratas sufrió heridas leves tras recibir un disparo en el abdomen cuando iba a ser detenido por Infantes de Marina españoles, según el Ministerio de Defensa.
La delicada misión militar se desató después de que un avión español de patrulla marítima P-3 Orion -que desde el secuestro sobrevuela continuamente el Alakrana, con apoyo de una aeronave alemana y otra francesa- tomó imágenes de dos de los 13 piratas cuando abandoban el atunero. Se dirigían en un esquife hacia las costas de Somalia.
Defensa reitera que la seguridad de la tripulación es el objetivo fundamental
El avión envió las imágenes a la fragata Canarias, que se dirigía a toda máquina hacia la posición del atunero. Sus mandos cambiaron entonces el rumbo y, tras obtener luz verde del gabinete de crisis creado por el Gobierno, pusieron en marcha el operativo.
Era fundamental que no se enteraran de la operación los otros secuestradores, para evitar represalias. Por eso, la Canarias dejó que la pequeña embarcación pirata se alejara lo suficiente del atunero (la oscuridad de la noche facilitó la tarea). Logrado eso, la fragata española dirigió su proa y toda la potencia de sus máquinas hacia la embarcación pirata. Por delante, envió a su helicóptero para cortarle el paso.
El helicóptero se aproximó al esquife y efectuó disparos disuasorios para que detuviese su marcha. Se paró por fin a unas 135 millas de la costa somalí. Rodeados, los piratas arrojaron las escalas por la borda y se mantuvieron con los brazos en alto.
Desde la Canarias fueron arriadas dos embarcaciones ligeras, con Infantes de Marina, para el abordaje. Uno de los piratas resultó herido como consecuencia de una "reacción amenazante" contra los militares españoles, según explicó ayer el Ministerio de Defensa. Tras comprobar que no tenían armamento, fueron trasladados a la Canarias. Ayer, tras ser informado por los mandos militares de la captura y después de que el abogado del Estado presentase una denuncia por los hechos, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que estaba de guardia, abrió diligencias a los piratas por delitos de secuestro y terrorismo.
Garzón se ampara en que los tratados internacionales consideran la piratería como un delito de persecución universal y en que en este caso hay víctimas españolas. El magistrado pidió al Ejecutivo que le mantenga informado y mandó traer a los piratas a España. Además, reclamó al Gobierno que haga lo posible para garantizar la seguridad de los tripulantes del atunero Alakrana.
En mayo pasado, otro juez de la Audiencia ordenó traer a España a 13 piratas detenidos por las fuerzas españolas en Somalia cuando pretendían asaltar un buque maltés. La Audiencia desistió al retirar la fiscalía la petición de que fueran trasladados a España. Los detendios fueron entregados a Kenia para ser juzgados.
Con los piratas a bordo, la fragata orientó su rumbo hacia el Alakrana, que ayer permanecía fondeado a sólo unas millas de la costa somalí, para disgusto de varios clanes de ancianos del país que pidieron a los secuestradores que se alejasen de allí.
Los detenidos están siendo interrogados por militares españoles. El comandante del mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, Jaime Domínguez Buj, rehúso desvelar el contenido de los interrogatorios, si los detenidos son los jefes de los secuestradores o bien quienes les llevaron en barco hasta el atunero ni si, en su caso, se estaba barajando algún canje. "Cualquier información es relevante y nos puede orientar en un sentido u otro", declaró Domínguez Buj. También subrayó que la operación se supeditó al objetivo crucial de "preservar la seguridad" de los secuestrados.
Los secuestradores son "muy profesionales" y tienen experiencia en abordajes. De hecho, ya han contactado con la persona que medió para liberar un mercante alemán que estuvo varios meses apresado.
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