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"Maragall me inspiraba poca confianza"

Pujol repasa en el segundo tomo de sus memorias sus 23 años de presidencia

La semana que viene sale a la venta el segundo de los tres volúmenes de las memorias de Jordi Pujol. Memòries. Temps de construir (1980-1993) (Proa) abarca los 23 años en los que el político presidió la Generalitat. Arranca con su investidura y finaliza con su relevo en la cúpula de Convergència. Los que siguen son algunos de los pasajes o personajes más relevantes que repasa.

- Adolfo Suárez. "Creo que en conjunto no le hemos valorado los méritos. Maniobró muy bien para conducir el país a la democracia. Ayudó que conocía por dentro los mecanismos del régimen que había que desmontar. Contribuyeron también su humanidad y generosidad".

- El 23-F. "La tarde de ese día debía presidir la ceremonia de entrega de la medalla de oro de la Generalitat al poeta J. V. Foix. A la hora anunciada, sólo él estaba en el Palau. Fui a su encuentro: 'Señor Foix, creo que tendremos que dejarlo para otro día'. (...) Me pasaron [por teléfono al Rey] enseguida. 'Majestad, ¿qué ocurre?'. Resumiendo, me dijo: 'Estoy hablando con los militares. No ocurrirá nada. Tranquilidad'. (...) Los periodistas me preguntaban: '¿Pero que más le ha dicho?'. Y entonces solté una frase que no era literal, pero resumía bien la conversación. Dije que el Rey me había dicho: 'Tranquilo, Jordi, tranquilo".

"Banca Catalana me ha producido una herida muy profunda"

- Banca Catalana. "Una campaña así no es casual. Banca Catalana tenía problemas, como tantos bancos, sólo que era objeto de una atención crítica especial. Había voluntad de destruirla. Una voluntad mezcla de hostilidad política y de anticatalanismo. (...) Era una entidad sólida. Lo demuestra que aguantó pese a los dos años de campaña insistente de El País, de los otros diarios que se sumaron más tarde y de Televisión Española". (...) "[Sobre la querella presentada en mayo de 1984] Se nos acusaba, a mí y a otras 24 personas, de haber pagado extratipos a través de una caja negra del banco y de tener autocartera. Todos los bancos habían pagado extratipos en esa época, todos tenían autocartera. (...) No puedo creer ni nadie cree que en la actuación judicial no hubiera una mano política. (...) En la crisis de Banca Catalana había asumido el papel de perdedor. Lo que no podía aceptar ahora [en su declaración ante el juez] era que me tacharan de ladrón, que me quisieran encerrar en la cárcel y que me intentaran destruir política y personalmente. (...) Tuve a mi lado a personas que me ayudaron mucho, sobre todo Miquel Roca y Lluís Prenafeta, que se encargaron de seguir las acciones judiciales que llevaban los abogados Joan Piqué Vidal y Juan Córdoba. Los cuatro merecen una expresión de gratitud. (...) Banca Catalana me ha producido una herida muy profunda. Pensaré en ello hasta que me muera. Lamentaré que el país perdiera la oportunidad de disponer de una gran entidad".

- Tarradellas. "Tarradellas, que me tenía respeto pero no sé si igual simpatía, aceptó que los socialistas se apropiaran de su figura. Creo que si hubieran gobernado la Generalitat en vez de hacerlo CiU, los socialistas habrían prescindido del ex presidente".

- La Ley del Aborto. "[En 1995] Felipe González me confió: 'Hay gente de mi partido que quiere que a final de legislatura presentemos una nueva ley del aborto más permisiva. A mí me parece innecesaria e inconveniente, pero entre los míos la voluntad es firme. Vosotros podéis hacer posible que no eche a andar. Adelantando las elecciones a que tú nos obligas quedan tres meses de sesiones. Si actuáis con habilidad, vuestro grupo podría dilatar los trámites hasta la disolución del Parlamento'. Lo hicimos".

- Las relaciones con Unió. "Después de las primeras elecciones tanto CDC como Unió sintieron la necesidad de reforzarse. CDC, para poder representar un papel importante en la política catalana y Unió para evitar la desaparición parlamentaria. (...) A partir de entonces [1979] en todas las elecciones, de cada cuatro candidatos, tres han sido de CDC y uno de Unió. Creo que en CDC pecamos de un exceso de generosidad".

- El relevo generacional. "A mi entender no había más número dos que Roca ni más futuro jefe de CDC y candidato a la presidencia de la Generalitat que él. (...) Lo que ocurrió es que no coincidieron los calendarios".

- Pasqual Maragall. "Con todo mi respeto y desde el reconocimiento de sus méritos, debo decir que políticamente Maragall me inspiraba poca confianza porque era imprevisible. Tiene manías e impulsos difíciles de manejar y un punto de ligereza que le lleva a crear situaciones difíciles. (...) Muchas veces esta forma de ser le ha dado buenos resultados, pero cuando llegó a la Generalitat se manifestó negativa".

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