"Tanto luchar, tanto luchar... 'y tó pa ná"
"Tras la tremenda cornada, de la herida manaba sangre como un surtidor, y caía en reguero cuando las asistencias trasladaron a Paquirri hasta la enfermería. Toda la plaza era un griterío, el público en pie, horrorizado. Muchos se cubrían la cara con las manos".