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El importe de la deuda del Gobierno se multiplicará por 30 en apenas tres años

El PNV quiere pactar con el PSE el montante del endeudamiento y su destino

Euskadi pasará, entre diciembre de 2007 y diciembre de 2010, de tener 125 millones de deuda a rozar o sobrepasar los 4.500, según estimaciones del Gobierno. En sólo tres años el endeudamiento del Ejecutivo se habrá multiplicado por treinta. Pese a ello, su situación financiera seguirá siendo más holgada que la del resto de las instituciones vascas -las diputaciones suman ya 1.250 millones de deuda, según los últimos datos del Banco de España- y del resto de España.

Con los abundantes remanentes de los años de bonanza prácticamente agotados entre el año pasado y los cuatro primeros meses de éste por el equipo anterior, el Ejecutivo de Patxi López no se halla ante una obligación sobrevenida o inesperada. Aplicará una receta de su campaña electoral, en la que anunció que recurriría al endeudamiento en hasta 3.300 millones adicionales al ya existente, para mantener servicios e inversión. "No habrá problemas para devolver la deuda en el futuro", sostuvo en una reciente entrevista en ETB.

Las instituciones forales tienen menos capacidad de deuda que el Ejecutivo
El Gabinete no conoce las demoras de pago concedidas por las diputaciones

El endeudamiento va a jugar un papel central en la negociación entre el Gobierno y el PNV, tal y como ayer se dejó ver en la reunión que mantuvieron sendas delegaciones de este partido y del PSE-EE. El PNV oficializó el deseo, que ya había transmitido en los contactos preliminares, de negociar tanto la cuantificación de los límites de la deuda como el destino de los fondos que se obtengan con ella.

Por un lado está la deuda que los ayuntamientos tienen con las diputaciones, a las que compete su financiación, y que el presidente de Eudel, el peneuvista Jokin Bildarratz, quiso en julio endosar al Gobierno. El Ejecutivo abogó porque los gobiernos forales suspendieran el cobro de esa deuda para no ahogar a los municipios. Ayer, la delegación encabezada por la secretaria del EBB, Belén Greaves, propuso un camino intermedio: que las diputaciones fraccionen y/o aplacen a los ayuntamientos la devolución de los excedentes que han recibido y que no les habrían correspondido con la caída de la recaudación, y que el Gobierno corra con las cargas financieras que originen esas medidas. Por otro lado, están las necesidades de las propias diputaciones. Así como el Gobierno ha dicho ya que se endeudará en 1.700 millones el año próximo, las diputaciones guardan sus cartas. O no creen que vayan a verse en la necesidad -la de Guipúzcoa ya se ha endeudado este año- o, como estrategia negociadora, prefieren que la otra parte, el Gobierno, no conozca sus necesidades y previsiones. Ayer Greaves eludió también dar datos. Una explicación sería que su techo legal para endeudarse es el 0,7% del PIB, muy inferior al del Gobierno, y pueden necesitar, para sacar adelante sus proyectos, de los ingresos que obtenga éste, cuyo margen es del 2,5% del PIB. El Ejecutivo piensa, sin embargo, que tienen dinero, y se remite a los remanentes oficiales de 2007. Si los del Gobierno fueron ese año de 709 millones, la diputación de Vizcaya declaraba ella sola 580. En favor de todos por igual obra la flexibilidad que respecto de esos topes mantienen las autoridades europeas en estos momentos críticos. Aunque la capacidad de endeudamiento de cada diputación es autónoma del Gobierno, lo cierto es que el PNV se ve en la necesidad de acordarla con éste: la deuda a la que piensen recurrir tiene que ser incorporada a los presupuestos y sin el apoyo socialista no los habrá. La negociación empezará por poner sobre la mesa la información completa sobre la situación económica del conjunto de las instituciones, que el Gobierno no tiene. Por ejemplo, ignora la deuda real de las diputaciones, así como el montante de los aplazamientos de pago que han concedido a empresas y qué cantidad se recaudará por este concepto antes de fin de año.

Los tres diputados generales (de derecha a izquierda el guipuzcoano Markel Olano, el vizcaíno José Luis Bilbao y el alavés Xabier Agirre), al llegar a la reunión del Consejo Vasco de Finanzas del pasado febrero.
Los tres diputados generales (de derecha a izquierda el guipuzcoano Markel Olano, el vizcaíno José Luis Bilbao y el alavés Xabier Agirre), al llegar a la reunión del Consejo Vasco de Finanzas del pasado febrero.PRADIP. J. PHANSE

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