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Carcaño dice que se inventó la violación para eludir al jurado

Javier Martín-Arroyo

Un nuevo giro en un caso plagado de mentiras. Miguel Carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo, confirmó ayer ante el juez que mató a la joven sevillana al golpearla con un cenicero, pero negó que cometiera violación. Carcaño ha retomado su versión inicial tras conocer en la cárcel que un jurado popular decidirá sobre el caso. El delito de violación pudo haber provocado que el juez del caso optara por un magistrado profesional en vez de un jurado popular, pero finalmente Carcaño no logró su propósito.

En este nuevo relato, el asesino confeso, en prisión preventiva, afirmó que asumió la violación de Marta "para eludir el jurado popular" y a continuación contradijo su penúltima declaración. Ayer, Carcaño dijo que, tras golpear a Marta con un cenicero y matarla, sus amigos Javier G. El Cuco y Samuel Benítez trasladaron el cuerpo en el coche de un tío de este último. El joven aseguró desconocer dónde fue arrojado el cadáver. De este modo, Carcaño exculpó al menor El Cuco de la muerte y violación de Marta, tal y como había testificado antes, y sólo le atribuyó el traslado del cuerpo.

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"Una declaración inaudita, aún más repleta de mentiras. Nadie le creía", resumió uno de los presentes. En este enésimo giro Carcaño implicó a un tío de Miguel como el sexto implicado de la causa, pero el joven incurrió en contradicciones al describirlo y aseguró que le había amenazado incluso tras ser detenido y mientras era custodiado por la policía.

En la comparecencia, realizada para concretar la imputación de los cuatro adultos acusados, la acusación particular atribuyó a Carcaño los delitos de violación y asesinato, a su hermano Javier Delgado un delito de amenazas, y a este último, a su novia María Gómez y a Benítez, un delito de encubrimiento y profanación de cadáver al no permitir darle sepultura. Por su parte, el fiscal del caso relató los hechos que estima probados, los cuales incluirían el encubrimiento y las amenazas, pero excluirían la supuesta profanación. Además, las defensas solicitaron nuevas pruebas documentales que previsiblemente retrasarán aún más la compleja instrucción. A la salida de los juzgados, varios vecinos increparon e intentaron agredir a Delgado y a su pareja, pero agentes de la policía lo evitaron.

Miguel Carcaño, a la llegada al juzgado.
Miguel Carcaño, a la llegada al juzgado.JAVIER BARBANCHO

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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