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El plan electoral de Merkel tropieza con el mayor sindicato alemán

IG Metall advierte contra una coalición de democristianos y liberales

El mayor sindicato alemán, IG Metall, alertó ayer contra la coalición que la Unión Demócrata Cristiana de la canciller Angela Merkel (CDU) pretende forjar con el partido liberal FDP para gobernar tras las elecciones del 27 de septiembre. IG Metall, que es también sindicato más grande del mundo, convocó decenas de miles de afiliados y simpatizantes para un "día de acción sindical" que culminó con un concierto y varios mítines en un estadio de Fráncfort. Acudieron 45.000 personas. La capital financiera de Alemania fue el marco de los ataques del presidente del poderoso sindicato, Berthold Huber, a la "política neoliberal" que atribuye al FDP y que debería "acabar en el estercolero de la historia". Para Huber, que milita en el Partido Socialdemócrata (SPD), un pacto entre liberales y democristianos sería "la peor de las coaliciones posibles" tras las elecciones.

Si bien esta parte de su discurso coincide con el del ministro de exteriores y candidato del SPD Frank-Walter Steinmeier, cuyas propuestas electorales alabó, Huber mantuvo su palabra de no recomendar el voto para un partido. En una entrevista emitida ayer, Huber había elogiado la preocupación de Merkel por "los temas sindicales" durante la legislatura que ahora termina. Recordaba Huber en la emisora Deutschlandfunk que, en los ricos Estados del sur alemán, el porcentaje de sindicalistas que vota a la CDU o a su partido hermano bávaro CSU puede alcanzar el 20%.

Otra particularidad de las próximas elecciones es la fortaleza de La Izquierda. El partido, que nació en 2007 de la fusión de los ex comunistas del Este con los disidentes socialdemócratas del Oeste, ha cosechado un éxito tras otro en las elecciones regionales y conformado definitivamente un mapa electoral con cinco actores. La pujanza del partido a la izquierda del SPD es otra razón para que el sindicato prefiera no hacer recomendaciones a sus afiliados. A este respecto, el sindicalista Huber pide al SPD que "no estigmatice a La Izquierda". Tanto los democristianos como los socialdemócratas, que gobiernan Alemania en coalición, eluden con mayor o menor éxito el debate sobre el mandato en Afganistán, que cuenta con pocos apoyos entre la población. La matanza del viernes en el país asiático causada por un ataque aéreo que solicitó un oficial alemán ha obligado a retomar el asunto. La Izquierda es el único partido que pide la retirada de las tropas. La creciente presión para que el Ejército alemán aclare el suceso y depure responsabilidades podría reforzar sus tesis ante los votantes.

Ayer, cinco soldados alemanes resultaron heridos en un ataque insurgente. El ministro de Defensa, el democristiano Franz Josef Jung, justificó ayer el bombardeo del viernes y se refirió a la amenaza talibán de influir en las elecciones generales con un atentado. La fiscalía de Potsdam estudia investigar por homicidio al oficial que ordenó el bombardeo.

Mientras tanto, las conversaciones en curso para formar un Gobierno tripartito entre SPD, La Izquierda y los Verdes en el Estado de Sarre podrían ser el primer episodio de un paulatino acercamiento entre estos partidos. De momento, La Izquierda sólo participa junto al SPD en el Gobierno de la Ciudad Estado de Berlín.

Los reveses electorales de Sarre y Turingia sacudieron al partido de Merkel, que demanda a la canciller más beligerancia en la campaña. Merkel es la gran baza electoral democristiana. En una entrevista que publica hoy el dominical del Frankfurter Allgemeine Zeitung, la canciller volvió a defender su estrategia de contención en la campaña y aseguró que "se enfrentará a las propuestas de Steinmeier donde sea necesario". Recientemente, Merkel previno sobre un pacto entre SPD y La Izquierda para gobernar Alemania, que sería "desastroso para el país".

El presidente de IG Metall, Berthold Huber, durante su discurso en el mitin del sindicato en el estadio de Francfort.
El presidente de IG Metall, Berthold Huber, durante su discurso en el mitin del sindicato en el estadio de Francfort.AFP

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