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La UE pacta mantener los estímulos fiscales hasta que haya recuperación

España sufre el mayor deterioro económico de la zona euro - Los ministros acuerdan ligar los 'bonus' de los ejecutivos a la situación de la empresa

Andreu Missé

La Unión Europea continuará apoyando la aplicación de medidas de estímulo fiscal hasta que no se despeje claramente el panorama de recesión económica. Los ministros de Economía de la Unión se reunieron ayer en Bruselas para fijar la posición común europea ante los próximos encuentros que celebrará el G-20 -el próximo fin de semana se reúnen en Londres los ministros de Finanzas y a finales de septiembre acuden a Pittsburgh (Estados Unidos) los jefes de Estado- para acordar una estrategia común ante la crisis.

Para el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, "lo peor ya ha pasado por ahora", pero "todavía no ha llegado el tiempo para retirar las medidas de estímulo fiscal". E insistió en que cuando llegue este momento deberá hacerse de manera coordinada.

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Los responsables de Economía lograron un amplio consenso sobre la necesidad de lograr una recuperación sostenible. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios Joaquín Almunia, indicó que la reunión de este fin de semana en Londres tratará de "cómo reaccionar de manera coordinada para mejorar el aumento de la demanda global". En este contexto, Estados Unidos presiona para que sean Europa y China los que impulsen esa demanda.

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, explicó a la salida del Consejo que el cambio de posición de la Comisión, que planteaba diseñar ya la estrategia para la salida de la crisis, era debido a que "sólo tres países de la zona euro (Francia, Alemania y Grecia) han registrado un crecimiento positivo y a la creciente preocupación por el aumento del desempleo". Salgado precisó: "No estamos en caída libre, pero la situación es difícil y tenemos que ser prudentes". En su opinión, los ministros coincidieron en que "no se pueden retirar las medidas de apoyo y deben mantenerse bajos los tipos de interés". El único compromiso sobre las ayudas es que "se mantendrán todo el tiempo que haga falta hasta que se consolide la recuperación".

El consejo coincidió con la publicación de los datos de la evolución de la economía europea en el segundo trimestre, durante el cual el producto interior bruto (PIB) de la zona euro registró un descenso del 0,1% (0,2% en el conjunto de los Veintisiete) respecto al trimestre anterior. España, con una contracción del 1,1%, sufrió la peor marca de la zona euro. En el conjunto de la Unión, las caídas más fuertes las soportaron Lituania (9,8%) y Estonia (3,7%). En tasas anuales, la Unión retrocedió el 4,8% respecto al segundo trimestre de 2008.

La aplicación de los planes de estímulo fiscal por parte de los distintos países de la UE, durante 2008 y 2009, ha supuesto una cantidad equivalente al 5% del PIB comunitario. A ello hay que añadir la movilización de recursos para salvar el sistema financiero, que han totalizado un 31,2% del PIB, de los que un 12,6% se han aplicado de manera efectiva.

A pesar de esas asombrosas ayudas, continúa sin conocerse el estado real de los bancos y si el saneamiento ha concluido. Salgado reconoció ayer que "todavía no hay resultados sobre las pruebas de resistencia" de los grandes bancos de la Unión. La vicepresidenta recordó que la UE no publicará de forma individualizada los resultados de esas pruebas "porque no se hicieron para publicarlas de manera individual". Y añadió: "En España hemos cumplido con nuestro compromiso", porque las principales entidades han hecho sus pruebas que han sido valoradas por el Banco de España".

Los ministros discutieron las recientes iniciativas de Francia y Alemania para limitar los bonus de los ejecutivos. La iniciativa, ya propuesta por la Comisión Europea en 2004, pero que sólo fue aplicada por Holanda, ha vuelto a ser incluida en la directiva sobre requerimientos de capital. La cuestión de fondo es la resistencia de Estados Unidos a su aplicación y la más matizada por parte del Reino Unido, cuyo primer ministro, Gordon Brown, considera que sólo tiene sentido si se aplica de manera generalizada.

Sobre esta cuestión los ministros alcanzaron ayer un amplio acuerdo para que los bonus a los ejecutivos estén vinculados a los rendimientos de la empresa a largo plazo, por ejemplo tres años, de manera que el primer año sólo se pueda recibir un tercio o la mitad del total. También se baraja la posibilidad de que los ejecutivos tengan que devolver el bonus o una parte si la situación de la empresa empeora. La aplicación de esa propuesta al sector asegurador ha generado un fuerte rechazo en el Reino Unido.

Los ministros acordaron elevar a 125.000 millones de euros (unos 180.000 millones de dólares) la contribución a la financiación del Fondo Monetario Internacional (FMI).

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