Jaycee trabajó y tuvo acceso a Internet durante su secuestro
La policía acordonó ayer uno de los patios traseros que lindan con la propiedad de Phillip Garrido, el pederasta que raptó y retuvo a la joven Jaycee Dugard durante 18 años y con la que engendró dos hijas. Buscan pruebas que relacionen a Garrido y a su mujer con los asesinatos de una decena de prostitutas, ocurridos entre 1998 y 2002 en el vecindario, en la localidad californiana de Antioch. Garrido y su mujer se declararon inocentes de los 29 cargos de los que les acusa la fiscalía, después de ser detenidos el miércoles por el rapto de Jaycee, desaparecida de su casa de South Lake Tahoe en 1991. Mientras, los medios norteamericanos revelaron durante el fin de semana más detalles del rapto y de la perturbada personalidad del captor, que mantenía diversos blogs en Internet en los que se atribuía la capacidad de controlar el sonido y hablar con los ángeles.
Diversos vecinos y clientes del pederasta han revelado a los medios que, de hecho, Jaycee no siempre estuvo secuestrada en las decrépitas chabolas que fueron su vivienda y la de sus dos hijas durante casi dos décadas. Vivía en libertad dentro del recinto. Habló con extraños. Tenía acceso a Internet e incluso envió correos electrónicos. Poco a poco surge el retrato de una mujer capturada a los 11 años y que sólo escapó de las garras de su secuestrador cuando éste, en su delirio, lo consideró oportuno.
Maestra del diseño
Ben Daughdrill, un vecino de la zona metropolitana de San Francisco, dijo que contrató a Garrido para que se encargara de un trabajo de impresión para su negocio. Cuando acudió a su casa de la localidad de Antioch le recibió una joven llamada Allissa, que decía ser hija de Garrido. Era Jaycee que le envió, además, diversos correos electrónicos. "Ella era la que diseñaba, ella se encargaba del arte, ella era la genio", dijo Daughdrill al diario The New York Times. La misma versión, que Phillip y Nancy tenían una hija maestra en el arte del diseño gráfico, la confirmó al diario The Sunday Times el vecino Deepal Karunaratne.
Garrido acudió con las dos hijas que tuvo con Jaycee, de 11 y 15 años, al campus de la Universidad de California en Berkeley el martes pasado para repartir una serie de panfletos sobre sus contactos con Dios, despertando el recelo de dos agentes policiales y abriendo el camino que acabaría con su teatral confesión, por boca de la propia Jaycee, frente a su agente de la condicional
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