Las cofradías piden a Mar que no cree reservas marinas sin consultarlas

El futuro de la pesca está sobre el tapete, con la reforma de ley sectorial elaborada por el bipartito y cuya modificación fue una de las primeras medidas del Gobierno de Feijóo. El informe sobre el anteproyecto, que debe pasar el filtro del Consello Galego de Pesca en septiembre, recoge la preocupación de las organizaciones representativas del mar (cofradías, transformadores o sindicatos) por la pesca recreativa y las reservas marinas.

La Federación Galega de Cofradías quiere evitar por ley "que nadie pretenda hacer un zona de exclusión de la noche a la mañana y cerrar tantas millas cuadradas a la pesca", según explica un portavoz, y pide que se consulte al Consello "con carácter previo a la adopción de cualquier medida de gestión y de conservación". Al margen de sopesar criterios biológicos, proponen que la norma recoja "la importancia de los factores socioeconómicos para evitar la marginación del sector pesquero en la determinación de las reservas marinas".

"Tras la pesca recreativa se esconden también los furtivos", alegan

Los profesionales abogan, además, por poner coto a la pesca recreativa, empezando por quitarles voz y voto al eliminar su presencia de los foros oficiales. El sector productivo apuesta por una legislación "durísima" que pasaría por equiparar las sanciones e infracciones de la pesca deportiva con las de la profesional e incluso "permitir que fuesen doble infracción", al sumar una actuación ilegal al incumplimiento de la normativa vigente para los barcos adscritos a la séptima lista. "Lo que no se puede es tener una competencia desleal" porque "no pagan impuestos" y no todos destinan su botín al consumo propio. Pese a que existen unos topes en las capturas "no hay control" y por eso proponen que se exija autorización también para sumergirse y que se limite la actividad a fines de semana y festivos. Con la certeza de que "tras la pesca recreativa se esconden también los furtivos", denuncian la amenaza que éstos suponen para la competitividad de la industria pesquera.

El dictamen no deja lugar a dudas sobre el interés del sector a la hora de que su voz sea tenida en cuenta ya desde el preámbulo del texto legal. Una opinión que debe pesar, dicen, para la clasificación de las zonas de producción, la autorización de obras o instalaciones que se pretendan emplazar en la zona marítima o marítima-terrestre, la extracción de áridos u otros materiales, y la regeneración de playas o vertidos. Con los sindicatos en su contra, representantes del sector apoyan la recuperación de la Lei de Confrarías de Fraga y su independencia en los procesos electorales.