Bernanke continúa

Pese a que habían comenzado a barajarse varios nombres en las últimas semanas, Obama interrumpió ayer sus vacaciones en Martha's Vineyard para confirmar que propondrá a Ben Bernanke para un nuevo mandato al frente de la Reserva Federal norteamericana. Salvo que la situación económica empeorase de manera drástica de aquí a fin de año -algo que los analistas no estiman probable-, en principio nada impediría a Bernanke obtener la confirmación del Senado a su nombramiento, una vez que expire su actual mandato el próximo 31 de diciembre.

Son múltiples las razones que aconsejaban la continuidad de Bernanke, un alto responsable federal que Obama heredó de la anterior Administración. La primera, y tal vez fundamental, es que su gestión ha contribuido de manera decisiva a reconducir la crisis que a punto estuvo de provocar el colapso del sistema financiero en Estados Unidos y las principales economías desarrolladas. En la breve comparecencia ante la prensa para comunicar su decisión, Obama destacó en términos elogiosos la tarea de Bernanke al frente de la Fed, tanto por su determinación a la hora de adoptar iniciativas como, sobre todo, por su receptividad hacia fórmulas económicas al margen del recetario considerado ortodoxo.

Pero existían, además, otras razones para avalar la reelección de Bernanke. Obama ha querido transmitir a los agentes económicos la idea de que se mantiene firme en la estrategia seguida hasta ahora, sobre todo en unos momentos en los que, según los analistas, Estados Unidos podría haber dejado atrás lo más duro de la crisis. El momento elegido para el anuncio también apunta en esta misma dirección: la reelección de Bernanke se produjo poco antes de que la Casa Blanca hiciera pública una nueva proyección del déficit norteamericano.

Más allá de la indiscutible solvencia técnica de este profesor universitario especializado en la Gran Depresión, que hizo que la Bolsa de Nueva York reaccionara favorablemente a su nombramiento para un nuevo mandato, Obama ha valorado, por último, la dimensión política de mantener a Bernanke al frente de la Fed. La situación económica es tan delicada que exige la colaboración de los cuadros más cualificados, sea cual sea su adscripción política. Al mismo tiempo, al contar con ellos Obama mantiene su llamamiento para que demócratas y republicanos actúen unidos frente a la crisis.