Los despedidos de Nissan bloquean el acceso a la fábrica
La vuelta al trabajo en Nissan después de las vacaciones de verano no ha sido tan apacible como la dirección hubiera deseado. Medio centenar de trabajadores afectados por el último expediente de regulación de empleo (ERE), autorizado el 29 de julio por la Generalitat, bloqueó ayer el acceso a la factoría de la Zona Franca antes del inicio del primer turno.
Los manifestantes querían evitar la producción en la fábrica como protesta por lo que consideran una "discriminación" en la aplicación del ERE. La compañía habilitó una entrada lateral a las instalaciones y agentes de los Mossos d'Esquadra garantizaron la seguridad de los trabajadores. Aun así, muchos empleados decidieron no acceder a su puesto de trabajo y sumarse a la protesta de sus ex compañeros.
Unas 300 personas se concentraron ante la empresa. Los manifestantes acusan a la dirección de incumplir los criterios acordados para la selección del personal afectado por el ERE: antigüedad, polivalencia, formación y amortización del puesto de trabajo. A su juicio, los despidos se han ejecutado basándose en la afiliación sindical, ya que la mayor parte de los afectados pertenece a los sindicatos minoritarios CGT y USOC o bien carece de afiliación.
Tanto CC OO como UGT, los sindicatos mayoritarios, negaron esa situación y aseguraron que no existe una "lista negra". Pese a que la cuestión ha generado enfrentamientos entre sindicatos, los manifestantes aseguraron que la protesta fue espontánea y se convocó a través de Internet y de mensajes de telefonía móvil.
Despidos telefónicos
A la disconformidad con la ejecución del ERE, los obreros suman el malestar por el modo en que conocieron su despido: con una llamada telefónica o en la puerta de la factoría, al comprobar que su tarjeta de acceso había sido desactivada. Esto aumentó el malestar entre los trabajadores, muchos de ellos con situaciones personales difíciles en un contexto de crisis económica.
Óscar, trabajador de la planta desde hace cinco años, fue despedido junto a su mujer, también operaria, con un hijo y otro en camino. Antonio, de 50 años y con más de dos décadas en Nissan, dijo: "muchos están en la calle a pesar de que dijeron que se priorizaría la antigüedad". "Las cosas se van desinflando y dudo de que quedemos muchos en un par de días", añadió Javier, despedido tras siete años en la empresa.
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