El Gabinete iraní suscita rechazo en el Parlamento

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, defendió anoche en televisión, uno por uno, a los ministros que ha elegido para su segundo mandato. Pero aunque lograra convencer a los espectadores, el Parlamento tiene que aprobarlos en un debate que empezará el domingo. Algunos diputados ya han manifestado sus objeciones a varios seleccionados, a los que consideran poco preparados. El pulso dará la medida del respaldo político con el que cuenta Ahmadineyad, cuya credibilidad se encuentra muy mermada por los polémicos comicios en los que fue reelegido.

"He hecho todo lo que he podido para designar a los ministros más preparados", declaró el presidente iraní antes de enumerar sus 11 doctorados, 6 ingenierías y varios másters. También aseguró que las tres mujeres elegidas "lo han sido por sus propios méritos" y porque "el hiyab les permite su participación activa en la sociedad".

"Un ministerio no es un lugar de aprendizaje, sino que requiere conocimientos y experiencia", había advertido antes el presidente del Parlamento, Ali Lariyaní. Su número dos, Mohammad Reza Bahonar, un conservador pragmático, dio a entender que cuatro o cinco ministros de los 21 que componen el Gabinete encontrarán dificultades para lograr el visto bueno de la Cámara. En parecido sentido se manifestaron otros diputados.

Asombro

En todos los corrillos se comentaba con asombro la designación de Masud Mirkazemí para dirigir el Ministerio de Petróleo. Mirkazemí, hasta ahora ministro de Comercio, carece de experiencia conocida en el sector, sin embargo tiene muy buenas relaciones con la Guardia Revolucionaria (los Pasdarán). También ha sorprendido la promoción de Kamran Daneshyu, responsable de la comisión electoral en las contestadas elecciones de junio, a quien Ahmadineyad ha encomendado la cartera de Ciencia y Tecnología.

El diario conservador Khabar adelantaba problemas con el nombramiento como ministro del Interior del general Mostafa Nayyar, hasta ahora en Defensa. Aunque se trata de un oficial de los Pasdarán, sigue en activo, y, según Khabar, algunos conservadores recelarían del creciente peso de ese ejército ideológico.

Dado que el presidente ha primado la fidelidad en su selección, el eventual rechazo por el Parlamento de alguno de sus candidatos afectará directamente a su legitimidad.