"Mi jefe me llamó enfermo por ser gay. Que lo pague"
Juan Torres no aparenta la edad que tiene. Roza los cuarenta, pero su aspecto es el de un hombre más joven. Se presenta en el Edificio Colón de Barcelona ante los periodistas, pero la cámara no le hace titubear. Al contrario. "Me estoy divirtiendo", explicó ayer, apenas unas horas después de volver de viaje. Torres y un ex compañero de trabajo se han convertido en los primeros homosexuales que presentan una querella criminal por homofobia contra una empresa en España.
Torres, que ahora está en el paro, quiere que lo readmitan en la empresa, la multinacional austriaca del transporte Gartner KG. Pero hay algo que le interesa aún más: que despidan al delegado de la firma en Barcelona. Éste llamó "enfermos" a Torres y Gerald Rainer por el hecho de ser homosexuales. Lo hizo en un correo electrónico que envió a su superior en Austria. Así lo recoge la querella criminal presentada por el despacho Aequo Advocats, que ha sido admitida a trámite por el juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona.
"Nos enviábamos mensajes, pero eso no les da derecho a espiar el correo"
"Mi jefe me llamó enfermo por ser gay. Quiero que lo echen", declaró sin tapujos ante la sede de Gartner KG. Si la empresa no actúa de ese modo, entonces quiere algo más: que su jefe responda ante la justicia. "Ha cometido un delito. Ha hecho cosas que ni las leyes ni la sociedad del siglo XXI toleran. Así que tiene que pagarlo", insiste.
La querella acusa a los responsables de la firma austriaca de los delitos de revelación de secretos, injurias de contenido homófobo y discriminación por razón de sexo.
Cuando entró a trabajar en la empresa, a principios de 2008, Juan Torres y su jefe mantenían una relación "impecable". Éste le hacía partícipe de sus proyectos e insistía en que estaba "muy contento" con su trabajo. No tenía la misma opinión, sin embargo, de otros compañeros. En especial, de Gerald Rainer. Así que un día, en una de tantas charlas en confianza, el gerente confesó a Torres una inquietud: sospechaba que Rainer era "mariquita". "Ahí empecé a mosquearme. ¿Qué pasa, me lo decía porque a mí se me notaba menos que era gay?".
Tras las vacaciones, todo se torció. "Empezó a humillarme públicamente y a montarme broncas espectaculares". ¿Por qué? A la sazón, el jefe sabía que Torres también era gay porque había leído algunos correos electrónicos que los dos compañeros se intercambiaban. Torres admitió la existencia de esos e-mails, pero insistió en que esa distracción no da derecho a sus superiores para espiarle. "Nos contábamos lo que habíamos hecho el fin de semana, como hace todo el mundo".
A causa del supuesto acoso laboral, Torres recibió tratamiento psiquiátrico y cogió la baja por depresión. Una mañana, la fortuna sonrió a los dos compañeros. "Estábamos solos en la oficina y vimos un papel en la impresora. Lo leímos". Esa copia de un correo electrónico ha resultado ser de enorme valor para armar la querella. El gerente envió ese mensaje, presuntamente, a su jefe en Austria. Allí no sólo llama "enfermos" a Torres y Rainer, sino que informa a su superior de que ha tenido "el placer de leer sus correos privados de increíble contenido guarro". El gerente, pues, podría haber vulnerado el derecho a la intimidad de los trabajadores. En el correo también se hace constar que "lo importante es que los dos trabajadores tienen que desaparecer cueste lo que cueste".
Torres llevó el papel al abogado, que hizo el resto. Ahora sólo espera encontrar trabajo pronto, a la espera de que las dos vías que ha abierto -la demanda laboral y la querella criminal- lleguen a buen puerto. Se permite incluso bromear: "Espero que no me cojan manía en las entrevistas de trabajo por haber salido a explicar esto".
El gerente de Gartner KG niega las acusaciones, afirma que la historia está "totalmente exagerada" y asegura que no es homófobo. En su opinión, los problemas eran de índole exclusivamente profesional.
Las asociaciones que defienden los derechos de los homosexuales se han felicitado por la admisión a trámite de la querella. El Frente de Liberación Gay de Cataluña ha recibido 52 denuncias de gays y lesbianas supuestamente despedidos por su condición sexual. Ninguna de ellas se ha podido llevar por la vía judicial, por falta de pruebas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.