PP, PSOE y los nacionalistas gallegos rechazan la fusión con Caja Madrid

PP, PSOE y nacionalistas sacaron ayer la bandera de la tierra para alertar de la "desaparición del sistema financiero gallego" ante posibles "mordeduras de tiburones foráneos". Fue el mismo día en que Caixa Galicia presentaba sus resultados semestrales: su beneficio cae un 69% y la crisis le ha forzado a destinar a provisiones voluntarias 52 millones de euros.

Los tres partidos rechazaron la posibilidad de que una fusión -para algunos absorción- entre Caja Madrid, Caixa Galicia y la valenciana CAM desplace a Madrid el centro de decisión de la caja gallega en A Coruña. El portavoz económico del PP, Pedro Puy, la rechazó de plano.

El PSOE, por boca de su secretario general, Manuel Vázquez, se mantiene en una línea parecida, si bien atacó con que los populares "diseñaron una estrategia junto con Camps, Aguirre, Feijóo y Rajoy para defender los intereses de Caja Madrid". Los socialistas pidieron que los tres partidos "blinden" en el parlamento a las cajas autonómicas.

El Bloque Nacionalista fue un poco más allá al apostar por crear una "gran caja gallega", con la unión de Caixa Galicia y Caixanova, y remarcó que no quiere cuentas con la entidad madrileña: "Que se pongan piedras a Galicia para que no entre Caja Madrid".

Mientras, la entidad coruñesa tranquilizaba ayer a sus empleados con una comunicación interna en la que se declaraba totalmente ajena al "supuesto interés" de la caja presidida por Miguel Blesa. Según los cálculos de los sindicatos, una hipotética fusión se llevaría por delante a cerca de 1.700 trabajadores. Pero el empleo no es el único argumento en contra: "Caixa Galicia tiene una cartera industrial y una obra social que apoya a los sectores productivos de aquí. ¿Haría lo mismo tras la fusión con Caja Madrid?", se preguntaba Clodomiro Montero de CIG, el sindicato mayoritario en banca gallega.

Francisco Granados, consejero de Interior de Madrid, dijo que la posible unión de Caja Madrid con otras entidades "no debe tener componente político, sino técnico". El tercer Gobierno afectado por este proyecto, el de la Comunidad Valenciana, rechazó por segundo día consecutivo opinar sobre una posible fusión de la CAM con Caja Madrid.