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La región se vacía pese a la crisis

Miles de madrileños abarrotan el aeropuerto y las estaciones de autobuses y ferrocarril, mientras las carreteras sufren menos retenciones que otros días

Fue un trasiego continuo de viajeros. Los de la sombrilla. Los que se llevaban al perro. Los que corrían por la terminal y no llegaban a tiempo. Era el último día de julio y el pistoletazo de salida para miles y miles de madrileños que estrenan fin de semana, mes y vacaciones. "Mira, con la nevera y la cerveza para tomar algo luego", afirmaba risueño un pasajero en la estación de autobuses. Y eso pese al fantasma de la crisis.

Las tres principales terminales de transportes de la capital vivieron una actividad que sólo se puede ver un día como el de ayer. Y, sobre todo, cuando la operación salida y entrada de vacaciones coincide con un fin de semana.

Las cifras para estos cuatro días pueden asustar: 800.000 viajeros en 4.800 vuelos en el aeropuerto de Barajas y más de 30.000 viajeros en tren -con un refuerzo importante a Levante y la Costa del Sol-. La excepción fue la Estación Sur de Autobuses: los 1.500 autocares que salieron iban con un 35% menos de ocupación.

Los destinos nacionales favoritos son Levante y la Costa del Sol

"¡Dejadme pasar que no llego!", exclamaba una joven en el control de seguridad de la estación de Atocha. "Año tras año, los viajeros aún no han aprendido a venir con tiempo", se burlaba en voz baja uno de los supervisores. Las prisas siempre acompañan las vacaciones y Atocha era un buen ejemplo. Alguno perdió el tren. Las colas se disolvían rápidamente, "todo está funcionando con normalidad", comentaba un empleado.

En Barajas, menos de una decena de vuelos chárter sufrieron retrasos. Los dos peores -un vuelo de Easyjet a Londres y otro a Edimburgo- casi alcanzaron las cinco horas. El resto de las salidas fueron a su hora. "Ni colas ni apelotonamientos. Todo está perfecto", decía Balfour Lamber, un estadounidense que cuidaba las maletas que llevará a Vietnam. "En estos meses lo que ocurre es que los pasajeros, en vez de ser ejecutivos con portátiles, son familias con chanclas y cargados de maleta", señalaba un portavoz de Barajas.

Pero no todos tienen vacaciones. O más bien aprovechan esta temporada para hacer su verdadero agosto. Para los carteristas, estas fechas dan mucho trabajo: planean sus golpes entre la multitud aprovechando la confusión, sobre todo en la estación de autobuses. Jerónimo, un vigilante de seguridad, contaba que los rateros deambulaban entren las dársenas buscando algún viajero descuidado: "Se pasan el día por aquí dando vueltas, sin maleta ni nada, y como ya los conocemos, vamos a por ellos y los ponemos fuera de la estación".

En las carreteras, la operación salida apenas dejó huella. Se esperan 844.000 desplazamientos este fin de semana por la región, según la Dirección General de Tráfico (DGT). Ayer, los primeros coches provocaron menos atascos que cualquier otro fin de semana del verano. Tan sólo se registraron siete kilómetros de tráfico lento en la autovía de A Coruña (A-6) y otros cinco en la de Burgos (A-1).

La delegada del Gobierno, Amparo Valcarce, aprovechó la jornada para hacer balance del primer mes de operación salida. En julio se ha registrado un 46% menos de muertes en accidente de tráfico (de 13 en 2008 a 7 este año). También ha bajado la siniestralidad en las carreteras madrileñas, con un 60% menos de accidentes. Durante este fin de semana trabajarán 1.042 efectivos de la Guardia Civil y del Centro de Gestión de Tráfico.

Información realizada por María Martín, Pilar Álvarez, Jaled Abdelrahim y Pablo de Llano.

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