El guardia Sáenz de Tejada será enterrado hoy en Burgos
Carlos Sáenz de Tejada será enterrado hoy en el cementerio de Burgos. El féretro del guardia civil asesinado por ETA el jueves en Mallorca llegó ayer en un vuelo especial al aeropuerto de la capital burgalesa. Lo acompañaban algunos familiares y lo esperaban varios amigos y representantes institucionales, entre ellos el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
La ceremonia que se celebrará esta tarde en el tanatorio de la ciudad será sencilla. El lunes se oficiará un funeral en la catedral de Burgos, que oficiará el arzobispo, Francisco Gil Hellín.
Carlos Sáenz de Tejada será nombrado hijo predilecto de Burgos y una calle de la ciudad llevará su nombre, según el acuerdo adoptado por los portavoces de los grupos municipales. Los miembros de la corporación en pleno y otros representantes institucionales, arropados por varias decenas de ciudadanos, participaron ayer en una concentración de repulsa. Las banderas de las principales instituciones de la ciudad ondearon a media asta en señal de duelo. Por la tarde, miles de burgaleses segundaron cinco minutos de silencio frente al Ayuntamiento.
La inquietud en la ciudad no ha bajado desde mediados de esta semana, cuando ETA hizo explotar una furgoneta cargada con explosivos junto a la casa cuartel de la Guardia Civil. Todavía se sucedían las reacciones sobre lo ocurrido cuando caía el siguiente jarro de agua fría: uno de los dos guardias civiles asesinados con una bomba lapa en Mallorca era Carlos Sáenz de Tejada, miembro de una familia muy conocida en la ciudad.
Sin viviendas
En ese momento pasó a segundo plano la situación en la que había quedado la casa cuartel de Burgos. Sin embargo, más de 200 guardias civiles y familiares no podrán volver a su hogar durante meses, y una treintena de personas del edificio situado justo enfrente esperan recibir pronto la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros para intentar arreglar sus viviendas.
La subdelegada del Gobierno, Berta Tricio, ha remitido ya los primeros expedientes de reclamación de daños a la sede del consorcio en Valladolid. Los envió ayer en un vehículo para entregarlos en mano, en un intento de acelerar todo el proceso previo al cobro de las indemnizaciones. Mientras, han comenzado los contactos con varias empresas de construcción e inmobiliarias para buscar un alojamiento para las 92 familias que vivían en la casa cuartel.
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