En tiempos de crisis, visitantes cercanos
El sector del turismo confía sus resultados a la demanda de proximidad
Los nubarrones de la recesión ensombrecen la temporada de verano en el sector turístico del País Vasco. Su actividad, que supone el 5,27% del producto interior bruto (PIB) de la comunidad autónoma, la mitad que la media española, se resiente del bajón del consumo. En la oficina de turismo de Mundaka, donde la mayoría de los demandantes de información son extranjeros, Maider ha notado que en lo que va de verano la crisis se ha notado "un poquito" después de las oscilaciones de los meses de primavera. Las estadísticas oficiales le dan la razón. En el mes de junio, los establecimientos hoteleros del País Vasco registraron 8.000 entradas menos que un año antes, lo que representó un descenso del 4%. Y el volumen de clientes extranjeros cayó un 11%, frente al 1% de los procedentes de España. El sector ha entrado en la temporada alta de verano con una caída acumulada en el primer semestre del año del 6,3%, 60.500 visitantes menos respecto a 2008. "Una bajada moderada en un contexto de crisis económica", según la valoración del Departamento de Industria, del que depende el turismo. Ni siquiera los establecimientos de agroturismo se han salvado de la tendencia negativa: en el conjunto del País Vasco registraron un descenso del 1%.
El cambio de hábitos se solapa con el efecto de la crisis económica
En medio de un retroceso global de la actividad, el sector en el País Vasco confía en los visitantes locales y los procedentes de las comunidades más próximas para salvar el año. "Somos un destino interesante para el turismo interior", defiende Kino Martínez, secretario general de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Guipúzcoa. "Las personas que no hagan grandes viajes este verano por la crisis económica pueden optar por escapadas cortas al País Vasco, o excursiones de un día".
Sin embargo, los datos acumulados en la primera mitad del año no invitan al optimismo. En 2007 la entrada de visitantes alcanzó su pico más alto, con un crecimiento del 4% frente al ejercicio anterior, y a pesar del descenso en los turistas de origen español. La tendencia ascendente sostenida a lo largo de seis años se interrumpió con la llegada de malas noticias económicas en 2008, y la entrada de visitantes retrocedió el pasado verano un 4,3%.
En la hostelería se encuentran opiniones sobre la situación para todos los gustos, señalan fuentes del sector: desde las más catastrofistas, a la de quienes sorprende el mantenimiento de la actividad en niveles aceptables. "Evidentemente, el consumo ha caído. Pero, ¿con qué comparamos los resultados de este verano? ¿Con el 2006, en época de crecimiento económico y en plena tregua de ETA? No hay que verlo tan negro", sostiene la versión optimista.
Sobre las repercusiones del descenso de visitantes en la economía no hay datos globales, pero los empresarios de Guipúzcoa calculan que en el primer semestre la actividad ha caído en torno al 16%. Según una encuesta realizada entre los hoteleros, el 80% del sector cree que el verano será peor que el de 2008, a la vista de que las reservas están cerca del 15% por debajo de las del año pasado y sólo uno de cada 10 establecimientos tiene una ocupación superior al 60%. La primera consecuencia ha sido el retraso en las contrataciones temporales. Los contratos se han firmado en 2009 un mes más tarde que en los años precedentes.
Tras un primer trimestre pésimo, la evolución de las primeras semanas del verano lleva a algunas voces del sector a defender su capacidad para "capear el temporal" si se consigue atraer al público más cercano, "adaptando el negocio a los tiempos de vacas flacas". Y asumiendo, dicen, que las estancias serán más cortas y el gasto más contenido que en los años de expansión económica. El coordinador de la Asociación de Empresas Hoteleras de Guipuzkoa (Aspagi), Joxan Arratibel, fija el descenso de la actividad entre el 5% y el 10%, por debajo de lo que esperaban. "El año empezó flojito, Semana Santa se salvó y ahora seguimos por debajo del año pasado. Pero intentando ganar clientela con políticas de congelación de precios y ofertas de última hora", explica.Desde el Museo Guggenheim Bilbao, el revitalizador del turismo en Vizcaya, se suman a las visiones más optimistas. El incremento del público procedente del País Vasco ha sido crucial para remontar la baja afluencia de visitantes de los dos primeros meses de 2009. Entre febrero y mayo, coincidiendo con la exposición dedicada al artista japonés Takashi Murakami, las visitas crecieron un 6% respecto al año anterior y, por vez primera, los visitantes extranjeros quedaron al mismo nivel que los españoles. En verano, la proporción de extranjeros ha vuelto a lo que era habitual, un 70% del total. A fecha de hoy, el Guggenheim supera los 450.000 visitantes, los que hace factible alcanzar a fin de año los 951.369 de 2008. "Las cifras no son malas, pero los problemas pueden llegar en otoño", opina su directora de Comunicación, Alicia Martínez.
Los cambios de hábitos se solapan a la crisis económica y hacen más difícil las previsiones. Entre otros, Internet ha provocado un retraso en las reservas. Y los veraneos en familia de más de dos meses de duración están en extinción. Los clientes que buscaban una casa en la costa para todo el verano son escasos, pero la demanda de pisos de alquiler se mantiene a pesar de la recesión. En Lekeitio y Zarautz, por ejemplo, las inmobiliarias han agotado su oferta para el mes de agosto.
En la Inmobiliaria Amunarriz de Hondarribia destacan que el mercado de alquiler no se ha resentido por las dificultades económicas. "Sólo una minoría ha dejado de venir", explican. Los precios, eso sí, no se han movido y en agosto se llega a pagar 3.600 euros por un piso de 100 metros cuadrados, en urbanización con piscina. "Quizá la crisis", admiten, "se note en el regateo".
Cifras de la oferta
- El País Vasco cuenta con 427 establecimientos hoteleros, que suman una oferta superior a las 25.000 plazas.
- Las 356 casas de agroturismo registradas en las tres provincias vascas casi alcanzan las 3.750 plazas.
- Entre la veintena de campings que funcionan en Euskadi, con capacidad para cerca de 8.000 personas, sólo cuatro son de primera categoría.
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