La II República revive en San Telmo
El Museo de la Emigración restaura las fichas de los exiliados en Argentina
Conseguir que no se pierdan los documentos que atestiguan la actividad del extinto Centro Republicano Español de Buenos Aires es la labor en la que está inmerso el Museo de la Emigración Gallega en Argentina (MEGA). La institución alberga, desde que fue creada en 2005, cerca de un centenar de cajas en las que puede rastrearse la historia del Centro Republicano, que donó sus fondos en los años noventa a la Federación de Sociedades Gallegas.
El centro había cerrado sus puertas a finales de la década de los setenta, tras la muerte de Franco. La orientación republicana y de izquierdas que ha caracterizado a la Federación de Sociedades Gallegas a lo largo de su historia la convertía en receptora ideal para estos fondos.
Entre los registros se encuentran los de Castelao y Lorenzo Varela
Picasso solicita, en una carta, ayuda para los huérfanos de la Guerra Civil
El subdirector del MEGA, Miguel Chiloteguy, explica que alguna de las cajas ni siquiera han sido abiertas, pero en los últimos meses se ha iniciado un proyecto para restaurar las cerca de 5.000 fichas existentes de miembros del Centro Republicano y que corrían peligro de perderse por el mal estado de conservación. Entre ellas pueden encontrarse las de personajes históricos como Castelao, Arturo Cuadrado o Lorenzo Varela. "En apenas tres meses se han restaurado 2.500 fichas y a finales de este año esperamos haber completado el trabajo", indica Chiloteguy.
En la restauración de estos documentos trabajan diariamente estudiantes de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de la Universidad del Museo Social Argentino. Una vez que son restauradas las fichas son microfilmadas, lo que facilitará el trabajo de los investigadores que deseen acceder a las mismas. El estado de conservación es muy diverso y hay muchas fichas perfectamente legibles y que incluyen hasta fotografías de los miembros del Centro Republicano, mientras que en otras el trabajo de los restauradores ha sido mucho más complicado. Además de estos registros, el archivo cedido incluye una colección completa de la revista España Republicana y libros procedentes de la biblioteca del centro.
Pero el trabajo de recuperación de la memoria que realiza el MEGA no se termina con la recuperación del archivo del Centro Republicano. Chiloteguy apunta que en los próximos meses se iniciará la restauración y digitalización de los periódicos El Despertar Gallego (1921-1930) y Galicia (1930-1976). Ambas publicaciones fueron editadas por la propia Federación y de hecho Galicia sigue publicándose hoy en día.
Entre sus fondos el MEGA ya cuenta con importantes objetos y documentos vinculados a la emigración gallega, al exilio y a la República, como una carta manuscrita de Picasso en la que el artista solicita ayuda para los huérfanos de la Guerra Civil. Los documentos que tiene el MEGA en su biblioteca son consultados frecuente por parte de investigadores argentinos y españoles. En el seno del museo se ha formado un centro de investigación que lleva por nombre el del político galleguista Ramón Suárez Picallo.
La Federación de Sociedades Gallegas, propietaria del MEGA, nació en 1921 con los objetivos de "la redención del campesino gallego, la superación del atraso económico y cultural de Galicia y la libertad del conjunto del pueblo español". En los años treinta, la Federación se adhirió con entusiasmo a la II República y llegó a contar con dos diputados en las Cortes, Ramón Suárez Picallo y Antón Alonso Ríos. Tras la Guerra Civil se convirtió en un ariete permanente contra el régimen franquista y en el principal ámbito de actuación de los intelectuales exiliados (Castelao, Arturo Cuadrado, Luis Seoane, Lorenzo Varela, etcétera). Su momento de esplendor lo atravesó en la década de los cincuenta cuando llegó a agrupar a 58 entidades con 15.000 socios. En la actualidad la Federación está integrada por 14 sociedades.
La sede del MEGA y de la Federación se ubica en el barrio porteño de San Telmo. La memoria histórica se mantiene viva en este pequeño rincón de Sudamérica en el que encontraron refugio tantos gallegos y españoles que huían de la dictadura.
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