La presidencia sueca de la UE aboga por la austeridad

"Nuestros ciudadanos no aceptarán el uso repetido de dinero de los contribuyentes para salvar las instituciones financieras que han actuado irresponsablemente". Con estas palabras el nuevo presidente de la UE, el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, quiso fijar un punto final a la concesión generalizada de créditos para salvar bancos y llamó a una "rápida reducción de los déficit públicos en la Unión". Reinfeldt presentó ayer las prioridades de la presidencia sueca ante el Parlamento Europeo en un clima de gran preocupación por la crisis financiera, aumento del paro y serias incertidumbres sobre el futuro institucional de la UE. "De momento", dijo el líder sueco, "voy a esperar al resultado del referéndum de Irlanda sobre el Tratado de Lisboa, pero es muy importante que José Manuel Durão Barroso tenga cuanto antes un mandato claro", al frente de la Comisión Europea.

Las prioridades para Suecia se centrarán en la toma de medidas para salir de la crisis financiera y lograr un acuerdo sobre cambio climático en diciembre en la cumbre de Copenhague. El conservador Reinfeldt expresó su preocupación por el disparo de la deuda, que "excederá el próximo año el 80% del PIB de la UE", y advirtió de que Europa debe poner fin a la situación de que "los beneficios son privados y las pérdidas públicas". Hasta ahora, los bancos europeos ya se han tragado en dinero efectivo 165.000 millones de euros de los contribuyentes y han comprometido otros 120.000 millones más, según la Comisión. Diversas fuentes indican que la banca europea precisa todavía otros 100.000 millones de capital para su funcionamiento normal.

Por otra parte, la secretaria de Estado británica para Europa, Glenys Kinnock, confirmó ayer que el Gobierno de Londres apoya la candidatura a la presidencia del Consejo Europeo del ex primer ministro Tony Blair.