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China teme represalias de Al Qaeda

Pekín pide al mundo musulmán que no convierta la crisis de Xinjiang en un conflicto religioso - Una consultora británica afirma que los terroristas atacarán intereses chinos

El Gobierno chino ha anunciado que reforzará la protección de todos sus intereses en el extranjero. Pekín se ha tomado muy en serio la posibilidad de que Al Qaeda quiera vengar la muerte de musulmanes uigures en la región autónoma china de Xinjiang con ataques a ciudadanos y proyectos chinos en Argelia y otras zonas de África. La alarma la ha disparado un informe de la empresa de análisis de seguridad Stirling Assynt, que afirma que la sed de venganza por la represión que los uigures denuncian sufrir en Xinjiang se está extendiendo entre la comunidad de yihadistas en todo el mundo. "Aunque AQIM [siglas en inglés de Al Qaeda en el Magreb Islámico] parece ser la primera filial de Al Qaeda en decir que irá contra los intereses chinos, otras probablemente la seguirán", señala el documento. El estudio fue divulgado ayer por el diario de Hong Kong South China Morning Post.

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La compañía británica basa su información en gente que asegura que ha visto las instrucciones dadas en este sentido por AQIM. Se trata de la primera vez que la red de Bin Laden pone a China en el punto de mira. Stirling Assynt -con sede en Londres y oficina en Hong Kong- asegura que "la amenaza debe ser tomada en serio" por los cientos de miles de chinos que trabajan en Oriente Próximo y el continente africano, entre ellos 50.000 en Argelia.

El domingo de la semana pasada se produjo un estallido de violencia étnica en Urumqi, capital de Xinjiang, fronteriza, entre otros países, con Mongolia, Rusia, Afganistán y Pakistán. Varios miles de uigures, que protestaban por el ataque mortal a miembros de su etnia en una fábrica del sur de China, se enfrentaron a la policía cuando intentó disolver la manifestación. La protesta, inicialmente pacífica, degeneró en un ataque indiscriminado contra los hanes -la etnia mayoritaria en China-, peleas entre miembros de las dos comunidades, e incendios de coches y comercios. Un total de 184 personas murieron durante los enfrentamientos y por los disparos de la policía. De ellas, 137 eran hanes; 46, uigures, y una, de la minoría hui.

Las fuerzas de seguridad mataron el lunes a otros dos uigures, que, según las autoridades locales, atacaron con cuchillos a un guarda de una mezquita después de haber llamado a la guerra santa. Los uigures en el exilio cuestionan las cifras oficiales y afirman que en las revueltas han fallecido entre 600 y 800 personas.

Qin Gang, portavoz del Ministerio de Exteriores, pidió ayer al mundo musulmán comprensión sobre la gestión de la crisis, y negó las acusaciones del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, de que el Gobierno chino está llevando a cabo en Xinjiang "un tipo de genocidio". "Esperamos que los países musulmanes puedan reconocer la verdadera naturaleza del incidente del 5 de julio en Urumqi. No se trata de un problema de religión o de grupos étnicos. El propósito era sabotear China y la unidad étnica. Fue orquestado por tres fuerzas dentro y fuera de China", dijo en referencia al separatismo, el terrorismo y el extremismo religioso.

Qin afirmó que la acusación de genocidio es un sinsentido, ya que, según dijo, la mayoría de los muertos en los disturbios son hanes. También señaló que las autoridades tomarán medidas para proteger los intereses chinos en el extranjero. El diario en inglés China Daily urgió a Erdogan a retractarse. Turquía e Irán son de los pocos países que han criticado a China por los disturbios. Los turcos comparten lazos étnicos y lingüísticos con los uigures. La respuesta de la mayoría de los gobiernos musulmanes ha sido de silencio, por miedo a dañar los lazos comerciales con Pekín.

Qin Gang dijo la semana pasada que el Gobierno tiene evidencias de que los "separatistas en China (...) han recibido entrenamiento en el extranjero, también por parte de Al Qaeda", pero no dio detalles. El informe de Stirling asegura que ha habido gran actividad en Internet entre los yihadistas, que "han estado buscando de forma activa información sobre los intereses chinos en los países musulmanes". La consultora afirma que Al Qaeda podría apuntar a proyectos chinos en Yemen, y recuerda el asesinato hace tres semanas de 18 agentes de seguridad argelinos que estaban protegiendo a expertos chinos. "En aquella ocasión no atacaron a los ingenieros chinos porque el objetivo era el proyecto en el que estaban trabajando", señala el estudio. "Ahora, los futuros ataques de este tipo se dirigirán probablemente tanto contra las fuerzas de seguridad como contra los ingenieros chinos".

La empresa de análisis de riesgos afirma que lo más seguro es que la dirección de Al Qaeda dé instrucciones a sus ramas en el Norte de África y la península arábiga para que ataquen objetivos chinos que estén a mano. Al Qaeda no quiere abrir un nuevo frente contra China, según el análisis. "Pero su sentido de solidaridad le obliga a ayudar y a ser vista como que está ayudando. Ésta es también una forma de facilitar que la organización recupere apoyo y financiación de sus partidarios en el mundo".

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