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El Parlamento Europeo hace esperar a Barroso

La votación del nuevo presidente de la Comisión Europea se aplaza al otoño

Andreu Missé

El Parlamento Europeo está haciendo esperar a José Manuel Barroso. La decisión de los eurodiputados de aplazar a septiembre la votación del nuevo presidente de la Comisión Europea siembra de incertidumbre la candidatura de Barroso, que desea repetir mandato. A quien sí elegirá hoy la nueva Eurocámara, más escorada hacia la derecha tras las elecciones de junio, es a su presidente, el ex primer ministro polaco Jerzy Buzek. Será la primera vez que un representante de los países de la Europea del Este, menos entusiastas con el proyecto europeo, ocupe un puesto relevante en la Unión. La única candidatura alternativa que se ha presentado es la de la eurodiputada sueca de Izquierda Unitaria, Eva Britt Svensson.

La séptima legislatura (2009 -2014) iniciará sus actividades en un clima marcado por un bajón generalizado del europeísmo, como quedó patente con la baja participación de las últimas elecciones (44,9%) y la necesidad de dar respuesta a la profunda crisis económica que sufre Europa.

Buzek presidirá la Eurocámara durante la primera mitad de la legislatura, dos años y medio, en virtud del "acuerdo técnico" entre conservadores, socialistas y liberales. Durante la segunda mitad, la presidencia será ocupada por un socialista, muy probablemente el jefe del grupo parlamentario, el alemán Martin Schulz.

Los esfuerzos de Fredrik Reinfeldt, primer ministro de Suecia, que ostenta la presidencia de turno de la UE, por acelerar la votación sobre la Comisión Europea no han dado frutos. La oposición de socialistas, verdes y liberales, que rechazan votar sin más a Barroso, único candidato, y le exigen la presentación de un programa concreto, se ha unido a la ambigua actitud del Consejo. Los jefes de Estado y de Gobierno rechazaron proponer oficialmente a Barroso en el Consejo Europeo de mediados de junio. La designación oficial se realizó finalmente "por procedimiento escrito" el pasado día 8, después de que Reinfeldt considerara que había encontrado el consenso necesario con los grupos para presentar la votación en septiembre.

El aplazamiento de la votación no ha sido del agrado de Barroso. El ex primer ministro portugués, de 54 años, es consciente de que el tiempo corre en su contra. El jefe del Ejecutivo comunitario no ha cesado de insistir durante los últimos días en que "él estaba dispuesto para asumir las responsabilidades en cuanto el Parlamento estuviera listo". El aplazamiento de la votación a septiembre aumenta el riesgo para Barroso, como han señalado algunos dirigentes del Partido Popular Europeo. Uno de sus responsables ha manifestado que si Barroso no era elegido en julio, su candidatura estaba "prácticamente muerta".

Los riesgos derivan de quienes consideran más conveniente aplazar su votación hasta octubre una vez se conozca el resultado de las elecciones de Alemania (27 de septiembre) y del referéndum de Irlanda sobre el Tratado de Lisboa (2 de octubre). El problema es que para entonces las negociaciones para la elección del presidente de la Comisión coincidirán con otros dos nombramientos importantes: el del presidente estable del Consejo Europeo y el del Alto Representante. Es decir, se abrirá el melón y la búsqueda de equilibrios (derecha-izquierda, norte- sur, hombre-mujer; países grande y pequeños), que supone la aparición de múltiples posibilidades. Y entonces todo será posible.

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