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La juez hispana Sotomayor avanza hacia el Tribunal Supremo de EE UU

Los republicanos cuestionan en el Senado la objetividad de la magistrada

Yolanda Monge

Los senadores demócratas la alabaron y los senadores republicanos cuestionaron su imparcialidad. Desde ayer, Sonia Sotomayor, 55 años, mujer, latina, elegida por el presidente Barack Obama para ocupar un sillón en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, se enfrenta a su confirmación en el Senado. No será fácil. Nunca lo es. Los 19 senadores (12 demócratas, 7 republicanos) que conforman el Comité de Asuntos Judiciales suelen freír -el término en inglés es asar: grill- al candidato, que en algunos casos no ha superado la prueba. Todo apunta a que éste no será el caso. Sotomayor soportará días de preguntas y escrutinio sobre su pasado, su experiencia en la magistratura, sus ensayos, su juventud, su moral y su interpretación de la Carta Magna americana.

Los analistas creen que la candidata elegida por Obama será confirmada

Pero como dijo el senador republicano Lindsey Graham, "a menos que usted se derrumbe, va a ser confirmada". Los analistas políticos son de la misma opinión: a no ser que aparezca algo completamente fuera de lo normal, pasará la prueba y de forma abrumadora. Además, en principio los demócratas tienen los votos suficientes en el Senado (60 de 100) para que Sotomayor sea ratificada como la primera juez hispana de la historia de la máxima corte estadounidense.

Con halagos profesionales abrió la sesión de ayer el presidente del Comité, el demócrata Patrick Leahy. "Las cualificaciones de Sotomayor son fuera de lo común. Tiene más experiencia en el sistema judicial federal que ningún otro nominado para el cargo en los últimos 100 años".

Leahy comparó a la juez, que superó la barrera económica que le impuso una familia emigrante puertorriqueña y el Bronx neoyorquino, con otros pioneros del Tribunal, como Thurgood Marshall, el primer negro que se sentó en el Supremo; Louis Brandeis, el primer judío, y Sandra Day O'Connor, la primera mujer.

Donde los republicanos encontrarán terreno más abonado para la polémica será en las declaraciones que en el pasado la juez ha hecho sobre temas como la raza o el origen étnico. La frase más recordada y que hará sudar durante su confirmación a Sotomayor será aquella en la que dijo que "una latina inteligente" podría tomar mejores decisiones que un "hombre blanco" que ha carecido de las experiencias vitales de esa mujer. Eso lo dijo en 2001 y desde que se supo que Sotomayor ocuparía el puesto dejado vacante por David Souter, no se ha dejado de reproducir.

La posición de la magistrada, con 17 años en el sistema judicial, en una sentencia contraria a una demanda por discriminación racial durante un proceso de ascensos de los bomberos de New Haven (Connecticut), será el otro caballo de batalla de los republicanos para torpedear su confirmación. El control sobre las armas y su posición sobre el aborto -un manifestante contrario a la interrupción voluntaria del embarazo tuvo que ser ayer evacuado de la sala debido a sus gritos sobre la juez- serán también asuntos que aprovecharán los conservadores para poner en duda las credenciales de Sotomayor.

Aunque no abiertamente, los republicanos admiten que atacar a la juez puede alejarlos más de los votantes hispanos, un 67% de los cuales votaron por Obama en las pasadas elecciones -sólo el 31% lo hizo por John McCain-. Los hispanos son la minoría que más rápido crece en EE UU y tienen un peso determinante en Estados electorales clave como California, Arizona o Nuevo México.

En su defensa, Sotomayor dijo ayer que su filosofía judicial era "la fidelidad a la ley". "La tarea de un juez no es hacer la ley, sino aplicarla", dijo ante el Comité del Senado. Su discurso fue breve. Lo aprovechó para hacer un resumido repaso de su vida, desde sus humildes orígenes en el Bronx, cuando se quedó huérfana de padre a los nueve años y su madre se vio obligada a sacar a dos hijos adelante con su sueldo de enfermera, hasta sus días en las prestigiosas universidades de Princeton y Yale y sus nominaciones para la judicatura de dos anteriores presidentes, George Bush padre y Bill Clinton. Será con un tercer presidente con quien Sotomayor alcance la culminación del sueño americano, de una cuna pobre a juez del Supremo. "Es nuestra Constitución la que hace posible ese sueño y lo que yo trato ahora es de respetar nuestra Constitución como juez del Tribunal Supremo", señaló.

Sotomayor, con el tobillo derecho fracturado, entra en el Senado.
Sotomayor, con el tobillo derecho fracturado, entra en el Senado.REUTERS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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