El PNV amplía al Gobierno central el alcance de su oferta de "estabilidad"

El PNV dio ayer el paso más definido para centrar su política de oposición tras su desalojo del poder autonómico, al detallar su propuesta para un acuerdo de "estabilidad presupuestaría e institucional" en Euskadi, que también podría ampliarse "a otros ámbitos" institucionales, según recoge el documento presentado solemnemente en Sabin Etxea. Sin embargo, Iñigo Urkullu fue evasivo cuando se le preguntó si esa disposición podría suponer el apoyo de su partido a los próximos presupuestos generales del Estado o un cambio en la actitud de acoso que mantiene en el Congreso de los Diputados al Gobierno de Rodríguez Zapatero desde que Patxi López sustituyó a Ibarretxe al frente del Gobierno vasco. El PNV, respondió su presidente, hará en cada ámbito institucional "los planteamientos que entienda mejores para la ciudadanía vasca", sean dichos ámbitos los propios de la comunidad autónoma "o ajenos al País Vasco".

Propone posibles planes anticrisis pactados en el Consejo de Finanzas

Rechaza sumar su ofrecimiento al pacto de bases del PSE y el PP

Pese a esta falta de concreción, fuentes peneuvistas interpretan que si la propuesta prospera en Euskadi, donde tiene a los socialistas como principales destinatarios, podría tener también efectos en la política que desarrollan en Madrid y ayudar a que el partido termine de digerir el trauma de verse arrojado a la oposición tras ganar las elecciones de marzo pasado. Urkullu se quedó ayer en la afirmación de que no tienen una postura prefijada sobre los presupuestos del Gobierno de Zapatero "ni estamos cerrados a hablar" sobre ellos. En este sentido, recordó que el PNV ya apoyó los presupuestos generales del año pasado, pero entonces no era previsible que hubiera un lehendakari socialista en Ajuria Enea.

En cambio, el presidente del PNV fue mucho más preciso al rechazar que su partido se adhiera con esta propuesta al pacto de bases PSE-PP que sostiene al Ejecutivo de Patxi López, por entender que con esa oferta el lehendakari trata de "tapar la debilidad" de su Gobierno, que considerá rehén del Partido Popular. Así mismo, Íñigo Urkullu recalcó que su propuesta "trasciende" la situación de la Diputación de Álava, después de que el PSE decidiera el jueves no respaldar por el momento la moción de censura que pretende lanzar el PP para echar al PNV del gobierno foral. No obstante, el documento, al igual que han señalado otros miembros del partido, indica la dificultad de construir el entendimiento que se pretende, si se produce "cualquier convulsión" en las instituciones implicadas, como sería el cambio de la Diputación alavesa con una moción de censura, y reclama para ello a las demás fuerzas un compromiso de "distensión política".

La propuesta, que desarrolla el anuncio adelantado el pasado día 6 por la dirección peneuvista, articula un "compromiso nacional" "para la estabilidad institucional, la lucha contra la crisis económica y el sostenimiento del bienestar en Euskadi". El sostenimiento de los servicios sociales, y el apoyo a la producción, el empleo y a la inversión "en la medida de lo posible", serían sus ejes.

Para ello, el PNV plantea la posibilidad de allegar "recursos públicos excepcionales" dentro del Consejo Vasco de Finanzas, el órgano que reúne al Gobierno y a las Diputaciones vasco, y de estudiar también en su seno "actuaciones tributarias o fiscales". El consenso, la lealtad institucional y el respeto mutuo de las respectivas competencias constituirían la base de ese compromiso, para el que el PNV insta una respuesta "en el plazo más breve posible". La razón que aduce es comenzar a trabajar cuanto antes para abordar su concreción tras las vacaciones del verano. Pero hay otra razón política: impedir que el PSE dé largas al ofrecimiento con la excusa de chequear la sinceridad del ofrecimiento. Es decir, si realmente supone un cambio en su estrategia de oposición o encierra una maniobra del PNV para hacerse visible desde la oposición y, al mismo tiempo, crear dudas en las complejas relaciones entre los socialistas y el PP en Euskadi.

El presidente Rodríguez Zapatero aseguró desde Italia, donde asistió a la reunión del G-8 en L'Aquila, que cualquier ofrecimiento de diálogo hecho por el PNV siempre será bienvenido por parte del PSE y de su Gobierno, pero subrayó que la iniciativa política en Euskadi corresponde al lehendakari Patxi López.

Antes de conocer las manifestaciones de Urkullu, Patxi López, que participaba en la inauguración del segundo tramo del tranvía de Vitoria, abogó por la colaboración entre el Gobierno, las diputaciones y los Ayuntamientos para hacer realidad los grandes "proyectos de país".