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La nueva Ley del Comercio recrudece la división del sector

El Gobierno aprobó ayer el proyecto de Ley de Comercio que supone la trasposición de la Directiva de Servicios de la UE. Al final se han impuesto las tesis proteccionistas de Cataluña, Valencia y Baleares. El texto que vio la luz verde ayer no se parece en nada al "ambicioso proyecto liberalizador" del que hablaban hace un año Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes. El nuevo proyecto de ley, que irá al Parlamento después de verano, recrudece la división entre el gran y mediano comercio por un lado y el pequeño por otro.

El texto deja en manos de las comunidades autónomas la última palabra en la apertura de nuevos centros. Sólo puede ser bloqueada por el impacto en el medio ambiente, en el entorno urbano o en el patrimonio histórico. Por esta rendija se puede colar el poder de las autonomías que tendrán que responder ante la CE si incumplen el derecho comunitario por tratarse de una trasposición de una Directiva. Tanto Competencia como el gran y mediano comercio creen que se ha perdido la oportunidad para modernizar el sector.

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