"Lo sucedido en Guantánamo debe juzgarlo EE UU"
Hiram Puig-Lugo parece un hombre de orden. Es puertorriqueño y juez federal en Estados Unidos. Su puesto, en Washington, era casi impensable para un hispano que ni siquiera creció en el país en el que ahora juzga y al que llegó con apenas 18 años para estudiar en la Universidad de Wisconsin. La explosión demográfica latina y su cada vez mayor participación en la vida pública están facilitando las cosas, y el empuje definitivo puede darlo la flamante candidata de Barack Obama a juez del Tribunal Supremo, Sonia Sotomayor, si entra en el selecto club. Aún tiene que ser ratificada por el Senado, trago complicado aunque el Partido Demócrata tenga la mayoría. El escrutinio es brutal.
Puertorriqueño y bisnieto de catalán, hoy es juez federal en Washington
"Es una persona extremadamente cualificada", dice Puig-Lugo. Habla despacio y muy bajito. Ha venido a España a ver a jueces y fiscales para tratar temas de extradición y mejorar la cooperación entre los dos países. "Sonia tiene más experiencia judicial que todos los candidatos desde 1915. Que sea hispana se está usando en su contra, pero debería reforzarla. Es una hija de inmigrantes, crecida en uno de los barrios más difíciles de Nueva York, que lo ha logrado todo con su esfuerzo".
El magistrado tiene un nombre peculiar. El bisabuelo Puig, catalán, llegó a Puerto Rico a finales del siglo XIX. Era ingeniero, y le puso Hiram -el arquitecto del templo de Salomón- a su hijo. Y éste, al suyo. El Lugo es gallego. Pero el descendiente de españoles ha visitado pocas veces la madre patria. En una especie de patio andaluz en el centro de Madrid, quiere probar platos desconocidos: mojama, chipirones y unos carabineros inmensos y difíciles de tratar.
Seguimos hablando de Sonia Sotomayor. En la selección a juez del Supremo se diseccionaron todas las cosas que han hecho los aspirantes. Ella ha contestado a un cuestionario de 173 páginas -impensable en España- en el que precisaba los eventos a los que ha asistido desde que fue nombrada juez, en 1993, y explicaba quién había pagado el viaje, el hotel o la merienda. Puig-Lugo, que nunca había pensado ser juez, pasó por algo similar para llegar al tribunal federal.
"Quería ser periodista, pero acabé en la Facultad de Derecho para completar mi formación. Y me gustó. Al principio trabajé como abogado de oficio durante ocho años, centrado en la comunidad hispano parlante". Su mentor, uno de los primeros latinos al frente de un tribunal federal, le animó a que le sustituyera cuando se retiró. La primera vez que lo intentó le dijeron que era muy joven -tenía 33 años-, pero a la segunda lo logró.
Prefiere hablar de leyes que de política, pero algunas cosas las tiene claras: "EE UU es un Estado de derecho, y es quien tiene que evaluar y juzgar lo ocurrido en Guantánamo, no España. Tiene que haber confianza mutua entre los países democráticos", dice en relación con el proceso abierto en la Audiencia Nacional sobre las comisiones militares de la base norteamericana. El Gobierno español está de acuerdo con él. El Congreso acaba de limitar por ley el polémico principio de la justicia universal. "Guantánamo es muy complicado, pero Obama está avanzando y ha habido pasos importantes como aplicar el Convenio de Ginebra y permitir el acceso a la Cruz Roja", concluye. "La solución no es fácil".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.