La reforma de la Diagonal respetará la actual alineación de los árboles
Tranvía y autobuses compartirán una carril especial para el transporte público
La sensibilidad ciudadana que hay respecto al arbolado urbano, especialmente el de la Diagonal, ha sido tenida en cuenta por el Consistorio, que de hecho incluye una pregunta sobre el arbolado en el proceso de participación ya en marcha. En no pocos despachos del bipartito que gobierna la ciudad existe el convencimiento de que modificar la trama arbolada de la avenida tendría efectos electorales. Y no precisamente de los buenos.
Después de seis meses de funcionamiento de la oficina de la Diagonal, otra idea se está abriendo camino: la avenida tendrá una plataforma diferenciada para el transporte público y probablemente tranvía y autobus acabarán compartiendo ese espacio. "Le llamamos carril de transporte exprés", aclara el edil de Urbanismo, Ramon García-Bragado, que lleva la batuta del proyecto. A partir de ahí, los técnicos ensayan posibilidades de ordenar los espacios. Todo parece apuntar a que esa plataforma de transporte estará en el centro de la sección de la Diagonal, aunque no se descarta completamente que se alinee en los laterales.
Que tranvía y autobús compartan espacio físico ocurre en otras ciudades europeas. En Barcelona, cada modo de transporte tiene su plataforma y sus paradas, y existe cierta resistencia a cambiar ese sistema, entre otros motivos porque los autobuses son de TMB y el tranvía es otra empresa, y cada una de ellas defiende su negocio. Además se argumenta que al propio usuario de un transporte le cuesta asumir los cambios. En cualquier caso, los responsables de las dos empresas tienen en cuenta la eventualidad de acabar compartiendo espacio.
Los trabajos preparatorios de carácter técnico, junto con las aportaciones del proceso de participación y las múltiples mesas sectoriales -comerciantes, sector hotelero, plataformas por el transporte público, entre otras- servirán para concretar los proyectos que se someterán a consulta en la próxima primavera. "Serán dos o tres", puntualizó el edil, sin más concreción.
Otra cuestión sobre la que se hacen todo tipo de cálculos es cómo desviar el tráfico de vehículos privados hacia la red del Eixample. El objetivo marcado es disminuir el 70% el tráfico de una avenida que en los 11 kilómetros centrales tiene un uso muy desigual. El tramo con más movimiento es de Via Augusta a paseo de Gràcia. A partir de ese punto la intensidad baja notablemente, y cae todavía más en la última franja, a la altura de la calle de Marina, hasta llegar a la plaza de las Glòries. Los técnicos creen que la modificación de la sección servirá para resolver puntos críticos de la avenida, como el cruce con Aragón y Marina.
A la espera de que se determine el modelo, parece evidente que de los ocho carriles actuales que tiene el vehículo privado -cuatro en cada sentido entre los centrales y los laterales-, la mitad podrían desaparecer si se opta por una plataforma para el transporte público, si las aceras laterales crecen más -algo que se da por descontado-, si se habilita un espacio segregado para la bicicleta y si la alineación de los árboles es intocable.
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