El Vaticano investiga la ortodoxia de las monjas de EE UU
Las monjas de Estados Unidos se enfrentan a dos investigaciones que han levantado la sospecha, entre las congregaciones locales, de que el Vaticano puede estar acometiendo una purga doctrinal por supuestas prácticas poco ortodoxas. La primera de estas investigaciones, en la forma de lo que se llama una Visita Apostólica, se anunció el pasado 30 de enero. La segunda, una indagación sobre la mayor organización de monjas del país, comenzó en abril.
Esta semana, un grupo de monjas descontentas con estas investigaciones expresó sus reservas al diario The New York Times, que se hizo eco de ambas pesquisas y ha desatado un debate en la comunidad católica. El diario neoyorquino calificó las pesquisas del Vaticano de "inquisición doctrinal" sobre los hábitos y enseñanzas de las 59.000 monjas norteamericanas, un grupo religioso que mayoritariamente se dedica a trabajar en hospitales, hospicios y servicios de caridad.
El Vaticano anunció la Visita Apostólica el pasado 30 de enero en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Washington. El proceso durará dos años. Ha habido entrevistas en Roma y en diversas ciudades de EE UU. En ellas, se "indagará sobre la calidad de vida de las mujeres religiosas en EE UU", dijo la portavoz de la visita, la hermana Eva-Maria Ackerman.
Una visita "hostil"
Entre las monjas críticas con esta investigación se halla Sandra M. Schneiders, de las Hermanas y Sirvientas del Corazón Inmaculado de María. Ésta hizo circular un correo en el que calificaba la visita de "agresiva y deshonesta" y "hostil". "La Iglesia institucional siempre se ha resistido a aceptar la nueva vida religiosa, especialmente entre las mujeres", decía. E iba más allá. Se preguntaba qué era lo peor que podía suceder. "Seguro que no van a cerrar el 95% de las congregaciones religiosas de este país, aunque quisieran hacerlo".
Además, el pasado 20 de febrero, la Congregación de la Doctrina de la Fe anunció una investigación exhaustiva de una organización llamada Conferencia de Líderes de Religiosas Femeninas, que aúna a unas 1.500 monjas del 95% de las congregaciones norteamericanas. Ya en 2001, delegados del Vaticano pidieron a las religiosas que demostraran que acataban la prohibición del sacerdocio a las mujeres, la homosexualidad y las relaciones con otros credos cristianos.
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