El cierre de Garoña
Me llaman la atención las movilizaciones de los trabajadores de la central de Garoña (Burgos) por mantener su empleo, ya que no hay otro sector económico que, como el nuclear, tenga garantizados sus puestos de trabajo, gracias a sus peligrosos residuos, durante miles de años.
Para muestra, la nuclear de Vandellós I (Tarragona). Esta central fue cerrada hace ya casi 20 años, tras un incendio ocurrido el 19 de octubre de 1989. Se inició su desmantelamiento y se estima que en unos 25 años más se procederá a desmontar el cajón del reactor y resto de estructuras de la instalación con el objeto de liberar los terrenos del emplazamiento.
Sus residuos activos, y del resto de nucleares, que aún no se sabe ni qué hacer con ellos o dónde almacenarlos, continuarán suponiendo una amenaza latente para el medio ambiente durante cientos de generaciones de trabajadores.
El problema es ya una hipoteca para el futuro, pero al menos habría que intentar que no aumentara el volumen de residuos nucleares.
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