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Las columnas del Guggenheim

La exposición 'De lo privado a lo público' muestra el peso de los coleccionistas en configuración de sus fondos de arte contemporáneo en Nueva York

La exposición De lo privado a lo público: las colecciones Guggenheim, que ayer se inauguró en el Guggenheim Bilbao, pone su atención sobre las aportaciones de los coleccionistas en la formación de la identidad de un museo. Al embrión de las obras adquiridas por Solomon R. Guggenheim, se fueron sumando otras colecciones marcadas por el gusto y las relaciones personales con el entorno artístico de sus propietarios, que acabaron formando las vigas maestras de sus fondos.

La exposición cuenta con cerca de un centenar de obras que pasaron por las manos de los coleccionistas privados antes de entrar en un museo. A la colección originaria de Solomon R. Guggenheim, se fueron incorporando las obras del expresionismo alemán y primer expresionismo abstracto del galerista Karl Nierendorf (1889-1947), del surrealismo y de la Escuela de Nueva York de Peggy Guggenheim (1898-1979) (la sobrina del fundador), los cuadros postimpresionistas y los primeros artistas modernos del legado del galerista Justin K. Tannhauser (1877-1976) y el patrimonio de la artista Hilla Rebay (1890-1967), la primera directora de la Fundación Guggenheim, y Katherine S. Dreier (1877-1952), mecenas y creadora del primer museo de arte moderno de los Estados Unidos, una colección que nunca contó con un espacio expositivo permanente. Compartían su pasión por el arte, proyectos, contactos con artistas, y obras que pasaban de unas manos a otras.

Gracias al olfato de esos "visionarios del arte", en palabras de la comisaria de la exposición, la conservadora del Guggenheim de Nueva York Tracey Bashkoff, los fondos del museo se nutrieron de obras de Kandinsky, Picasso, Gris, Léger, Delaunay, Max Ernst, Chagall o Pollock, entre otros destacados artistas de la primera mitad del siglo XX.

La séptima colección representada en la muestra corresponde al arte de la última década del XX y el principio del XXI, donada en 2001 por la Fundación Bohen, con obras en los nuevos medios, firmadas por artistas como Sophie Calle, Francesc Torres y Jac Leirner.

La colección Bohen no ha sido, sin embargo, la única aportación del coleccionismo a la Fundación Guggenheim en las últimas décadas. A principios de los años 90 del siglo pasado la fundación adquirió la colección del conde Giuseppe Panza di Biumo, con más de 300 obras de arte minimalista y conceptual. La colección Panza no está representada en la exposición.

Los visitantes del Guggenheim bilbaíno podrán ver obras destacadas de autores relevantes del arte no objetivo o abstracto, como Kandinsky, Picasso, Juan Gris, Mondrian, Leger, Metzinger y Delaunay. Junto a ellos, se exhiben piezas de destacados autores impresionistas como Cézanne, Gauguin, Manet, Van Gogh, Seurat, Modigliani y el "Violinista" de cabeza verde, de Marc Chagall, que el fundador del Museo Guggenheim tenía en su ático personal en el Hotel Plaza, de Nueva York.
Los visitantes del Guggenheim bilbaíno podrán ver obras destacadas de autores relevantes del arte no objetivo o abstracto, como Kandinsky, Picasso, Juan Gris, Mondrian, Leger, Metzinger y Delaunay. Junto a ellos, se exhiben piezas de destacados autores impresionistas como Cézanne, Gauguin, Manet, Van Gogh, Seurat, Modigliani y el "Violinista" de cabeza verde, de Marc Chagall, que el fundador del Museo Guggenheim tenía en su ático personal en el Hotel Plaza, de Nueva York.SANTOS CIRILO
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