Descreídos
No daban crédito. Se anunciaba la ubicación en el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS) de Granada de la que será la primera planta de fabricación de vacunas contra la gripe estacional y la pandémica AHN1. Cómo era posible, decían en Cataluña, que tan importante y cualificadísimo centro productivo no escogiera su territorio, que alberga una potente industria farmacéutica. Buena pregunta a la que todavía no han encontrado respuesta. Pero la hay. La decisión de Rovi de instalar dicho laboratorio en el recinto biosanitario granadino viene precedida de intensas gestiones realizadas tanto por el Gobierno central como por parte de la Junta de Andalucía para captar dicha inversión. Aún así, lo fundamental ha sido, sin duda, la apuesta estratégica realizada mucho tiempo antes por definir una bien ponderada red de espacios tecnológicos especializados repartidos por toda la comunidad. En el caso granadino, el fruto conseguido se produce, además, después de un gran esfuerzo y de firmeza para preservar el área escogida para usos muy específicos relacionados con la investigación, docencia, asistencia sanitaria y determinado desarrollo empresarial como el citado y otros que vendrá próximamente. En definitiva, detrás del logro conseguido hay todo un modelo que comienza a configurarse basándose en la producción pero ligándola a la investigación tal y como se pretende con la nueva política de incentivos para inversiones industriales.
Otra vertiente de esa más que prometedora realidad la va a encontrar, esta semana, la ministra de Defensa, Carme Chacón quien preside una reunión con sus colegas europeos en Sevilla sobre el futuro del proyecto A400M, el mayor avión de transporte militar que se ensambla en la capital andaluza. Una ambiciosa iniciativa de Airbus Military, que atraviesa algunas dificultades, pero que verá aquí la luz a finales de este año con el primer vuelo de uno de estos gigantescos aparatos y, tampoco, no por casualidad ya que Andalucía, después de muchos años de esfuerzo, se ha convertido en el segundo polo de la industria aeronáutica de nuestro país. En definitiva, son signos más que suficientes para indicarnos que vamos en el camino correcto, bajo el escepticismo de otros pero con la certeza y la autoestima necesarias al comprobar lo que somos capaces de hacer los andaluces.
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