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Reportaje:

Redescubrir un clásico

400 personas leen en el Arriaga a lo largo de 12 horas 'Peru Abarca' - La iniciativa quiere rendir tributo a quienes estudian euskera

"Jaungoicuac egun onac emon daijozala" ("Que Dios le procure un buen día"). "Bai zuri ere adisquidia" ("También a usted, amigo").

Con las dos primeras frases que intercambian Peru Abarca y Maisu Juan, protagonistas de la obra, abrió el escritor vizcaíno Kirmen Uribe, a las ocho de la mañana de ayer, las 12 horas de lectura ininterrumpida de Peru Abarca, la obra cumbre de Juan Antonio Mogel (1745-1804) y que en opinión de muchos expertos y filólogos -no todos- es la primera novela en euskera.

Más de 400 personas, conocidas (la consejera de Cultura, Blanca Urgell, el presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia; el rector de la UPV, Iñaki Goirizelaia, o la diputada vizcaína de Cultura, Josune Ariztondo, entre otros) o no, participaron en la lectura, que se prolongó hasta las ocho de la tarde en el Arriaga bilbaíno y supuso el acto central de la fiesta fin de curso de Bilbo Zaharra Euskaltegia. "El objetivo es aplaudir y reconocer el esfuerzo de todos los alumnos que estudian euskera, y hacerlo dando a conocer nuestros clásicos", destaca Pedro Alberdi, director de Bilbo Zaharra Euskaltegia e impulsor de una iniciativa que el año pasado tuvo en su estreno Gero y a Axular (1556-1644) como protagonistas.

Muchos expertos consideran esta obra la primera novela en euskera
"Mogel escribió una novela sin pretenderlo. El género carecía del prestigio actual"

Mogel vertebra la narración en torno a las conversaciones que mantienen Peru Abarca, hijo y alumno del caserío (el autor le presenta como catedrático de la lengua vascongada en la Universidad de Basarte), y Maisu Juan, un hombre de ciudad ignorante. El choque de universos permite a Mogel defender la sociedad tradicional y rural del Antiguo Régimen, el mundo campesino como regenerador del pueblo vasco y el euskera como lengua capaz de transmitir todo tipo de conocimiento.

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"Sí es una novela, la primera en euskera", se pronuncia el escritor Anjel Lertxundi, "porque va un paso más allá de los simples diálogos morales o lingüísticos de Luis Vives. Hay intercambio de ideas, peripecias, recorrido de personajes, pasajes y, sobre todo, evolución de los personajes, elementos todos característicos de la novela. Mogel, religioso, escribió una novela sin pretenderlo, porque el género no tenía entonces ni el prestigio ni el eco actuales". La prueba es que Peru Abarca fue editada en 1881, 79 años después de escrita.

"Hasta entonces, todo lo que se había escrito en euskera tenía un poso religioso, ya fueran catecismos o literatura ascética, pero aquí no", explica Alberdi. "Hay ficción pura: Mogel inventa dos personajes antagónicos para establecer ese contraste entre el mundo rural y el urbano que tanto le inquieta". "Sea o no novela", remata Uribe, "un buen trabajo literario ha de reflejar su época, y Peru Abarca disecciona la vida en el País Vasco en el siglo XVIII, como harían los novelistas rusos en el XIX y los estadounidenses en el XX".

Mogel retrata las costumbres de los vascos de hace más de dos siglos, sus creencias, sus profesiones, sus fábulas, sus versos, sus refranes, sus artes y utensilios, sus vestimentas, su fauna y flora... "Pero, sobre todo, tiene muchísimo humor", subrayan Uribe y Lertxundi.

Gabriel Aretxaga, miembro del Instituto Labayru, lee un fragmento de <b><i>Peru Abarca</b></i> en el Teatro Arriaga de Bilbao.
Gabriel Aretxaga, miembro del Instituto Labayru, lee un fragmento de Peru Abarca en el Teatro Arriaga de Bilbao.F. DOMINGO-ALDAMA

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