Caixa Catalunya prevé que la economía salga de la crisis en el segundo semestre de 2010
La economía catalana se deterioró a una velocidad de vértigo entre noviembre de 2008 y el pasado mes de marzo. Pero desde entonces, los descensos que muestran la mayoría de los indicadores son menos acusados. Ése es el principal brote verde al que agarrarse. "Eran cifras a las que no estamos acostumbrados y que anticipan un crecimiento", sostuvo el catedrático de Economía Aplicada y director del informe Situación y Perspectivas de la Economía Catalana de Caixa Catalunya, Josep Oliver. Y esa recuperación se producirá a partir del segundo semestre de 2010.
Antes, la economía catalana sufrirá un retroceso del 3,7% este año y del 1,2% en el primer semestre del que viene. Pero 2010 acabará en tablas, puesto que la entidad pronostica un crecimiento del 1,1% entre junio y diciembre ese año.
A medida que la economía mejore, la tasa de paro se irá desinflando, aunque en el primer semestre de 2010 rebasará el 19%. No superará, según Oliver, la barrera del 20%, aunque todo dependerá de cuánta gente se incorpore al mercado laboral. En los últimos trimestres entraron 84.000 personas, y este año lo harán unas 53.000. Además de la llegada de inmigrantes, la razón es que al quedarse en paro un miembro de la familia, el resto empieza a buscar trabajo. Para 2010 se prevé que se rompa esta tónica y que sólo haya 3.800 nuevos demandantes de empleo. "Dado el contexto, la inmigración va a frenarse y se agotará la entrada de nuevos activos", aseguró Oliver.
Además de la construcción, la principal víctima de la crisis será la industria. La recesión se llevará consigo el 12,8% del valor añadido bruto del sector. "La destrucción de la producción industrial supone que vamos a perder el camino que hemos recorrido en los últimos 10 años", lamentó Oliver. Este desplome se trasladará de forma brusca al mercado laboral. Entre 2007 y 2010, de acuerdo con el estudio, la crisis industrial acarreará la destrucción de 190.000 puestos de trabajo. Eso significa que el sector empleará a cerca de 600.000 personas, la cifra más baja de los últimos 15 años.
A pesar de vislumbrar el crecimiento, Oliver considera "inimaginable" un "gran crecimiento del producto interior bruto (PIB)" a partir de entonces. Por ello, señaló que si España quiere rebajar su déficit público hasta el 3%, tal como se comprometió con Bruselas, "un aumento de impuestos será inevitable".
Las previsiones de Caixa Catalunya son mucho más pesimistas que las que trazó el Gobierno catalán el pasado mes de marzo. Entonces, el Ejecutivo previó una caída del PIB del 3,2% y una tasa de paro del 15,3%, que ya desbordó la última Encuesta de Población Activa.
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