El PNV acusa de malversación al PP en su lucha por la Diputación de Álava

Desde que PSE-EE y PP acordaron un pacto de gobierno para asegurar la elección de Patxi López como lehendakari, el PNV teme que los dos partidos constitucionalistas acuerden una moción de censura para arrebatarle la Diputación de Álava. En este clima de tensión política, avivada a diario por la permanente reclamación del PP -sería el partido beneficiado-, los nacionalistas contragolpearon ayer con una doble denuncia de supuestas irregularidades cometidas por diputados forales populares.

El diputado general de Álava, Xabier Agirre (PNV), sostiene que dos ex diputados del PP, partido que gobernó durante ocho años el territorio, usaron vehículos oficiales para irse de vacaciones con la familia. Además, desveló que el anterior Ejecutivo popular ocultó ingresos de más de un millón de euros al Consejo Vasco de Finanzas. En ninguna de las denuncias ofreció más información, aunque está previsto que sean explicadas en las Juntas Generales de Álaval.

Acusa al gobierno del PP de ocultar el ingreso de un millón de euros

Con su acusación, Agirre replica la reciente campaña de descrédito que vive su equipo de gobierno por parte de destacados dirigentes del PP, que tratan así de forzar a los socialistas a que rebajen su resistencia a la moción de censura. Ante la nueva coyuntura política que creen favorable tras el acuerdo para aupar a López, los populares buscan recuperar el territorio alavés, donde tienen su principal feudo electoral. Lo hacen sin miramientos, como reflejan las declaraciones del presidente del partido en Álava, el diputado Alfonso Alonso, las de su secretario general en Euskadi, Iñaki Oyarzábal, y, con menor intensidad pero en la misma dirección, de Antonio Basagoiti, su líder. De sus bocas han salido acusaciones al gobierno nacionalista de mala gestión; incluso de dejarlo en situación de "quiebra técnica", en palabras del propio Oyarzábal.

Agirre, en respuesta, apretó el acelerador y tensó la cuerda por uno de los flancos que siempre hacen mella, como es la posible malversación de fondos públicos. En su declaración, que deberá precisar en las Juntas, dejó ayer claro que el uso para disfrute privado de los vehículos no tenía nada que ver con la seguridad de los diputados del PP. Dos de ellos emplearon, según el PNV, dos furgonetas del parque móvil foral para irse de vacaciones con sus respectivas familias a los Alpes, uno de ellos con chófer oficial. Otro diputado utilizó, según los peneuvistas, el vehículo más atractivo de los que posee la Diputación de Álava para recorrer más de 3.000 kilómetros durante sus vacaciones.

Agirre también criticó otros derroches prespupuestarios cometidos por los populares en sus ocho años de gobierno. Quizás la acusación más grave fue la ocultación al Consejo Vasco de Finanzas de una recaudación de un millón de euros por un bien recibido de una deuda tributaria en 2006, que evitó que los ayuntamientos y el Gobierno vasco entrasen en el reparto de dicho ingreso, Una situación que el actual Gobierno foral detectó y solucionó este mismo mes. A su vez, el diputado general citó el desfase entre la previsión y el gasto en la autopista Eibar-Vitoria. "Pasó de los 122 millones presupuestados a 182, sin olvidar los 42 millones que reclaman los contratistas".

Así las cosas, todo hace indicar que el PP deberá dar una respuesta, al menos cuando conozca la identidad de las personas a las que Xabier Agirre alude en su denuncia de presuntas irregularidades. Con ello, la tensión entre ambas partes se agudizará, mientras el PSE-EE queda a la expectativa.

Y es que las pésimas relaciones entre socialistas y populares en Álava frenan ahora mismo cualquier intento de colaboración para descabalgar al PNV de la Diputación. Además, el PSE no deja de repetir que sólo impulsará la moción de censura en el supuesto de que los nacionalistas desplieguen una oposición "frontal". Agirre, de hecho, adoptó una posición "predispuesta al acuerdo y la colaboración" en su entrevista con Patxi López. El PNV apoya al equipo de gobierno del PSE en el Ayuntamiento de Vitoria, donde, sin embargo, el PP ejerce una firme oposición.