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La presión de un año bajo sospecha

Relevo de tres jefes de la Udyco tras el robo de la droga en la Jefatura de Sevilla

Javier Martín-Arroyo

"La moral está por los suelos. Llevamos un año bajo sospecha. La situación es cada vez más tensa y la gente está sumamente descontenta". Un miembro de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Sevilla resume la situación explosiva que viven los 50 hombres de este grupo de élite, en el ojo del huracán desde el robo de 100 kilos de cocaína y heroína en la Jefatura Superior sevillana, descubierto hace un año. Esta semana, uno de los jefes de grupo de estupefacientes ha sido trasladado, un segundo será relevado previsiblemente la próxima semana tras ascender a inspector jefe y otro ha fallecido. Los compañeros de este último, el inspector José Manuel Tirado, aducen que el estrés acumulado, el sobreesfuerzo y la presión añadida hicieron mella en su cuerpo, que sufrió un infarto cerebral.

La mitad de los agentes ha pedido el traslado tras la salida de los mandos

Todo apunta a que sólo uno o dos agentes de la unidad estuvieron implicados en el robo de los calabozos, pero el evidente desprestigio ha minado los ánimos de todo el grupo. Cada día trabajan con más presión, al ver cómo pasan los días y no hay resultados de la investigación. Desde hace un año, una unidad de Asuntos Internos desplazada a Sevilla investiga el robo en los calabozos donde se almacenaba la droga, sin resultados notorios. "Al principio, salí a ciertas operaciones con la incertidumbre de si entre nosotros estaba la rata. Claro que la presión era doble. Y triple", relata un agente.

Esa rata que consiguió birlar los escasos controles y cambiar bolsas de cocaína por polvo de talco y azúcar le ha hecho la vida imposible al resto. Los 50 hombres han pasado controles de huellas dactilares y ADN por petición de la juez instructora del caso. Su labor está en tela de juicio desde que el robo trascendió y el desánimo es patente. Al margen de los tres jefes de grupo de estupefacientes, el comisario jefe de la brigada fue sustituido hace dos meses. Mientras, el jefe superior en Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, rechaza valorar el estado de la unidad y alega que existe una investigación abierta por parte de Asuntos Internos en un caso bajo secreto de sumario.

Esta crisis en la Udyco de Sevilla sobreviene sólo un año después de los escándalos que afectaron a la Udyco de la Costa del Sol. Dos operaciones de Asuntos Internos acabaron con la detención e implicación de cuatro jefes de la unidad malagueña, desestabilizaron sus bases y cuestionaron la forma en la que trabajaban. La mitad de los agentes pidió el traslado tras la detención de cuatro mandos. A diferencia del bajón de resultados contra el crimen organizado sufrido en Málaga, la unidad sevillana no ha registrado un grave descenso en las operaciones y detenciones, a excepción de un breve frenazo durante el verano por el desconcierto al trascender el robo.

Debido al cambiazo dado a las bolsas de droga, siete narcotraficantes han sido liberados en distintos sumarios, tras revelar los análisis que los alijos incluían polvo y azúcar en vez de droga. Varios traficantes han sido detenidos por la investigación, pero todos han sido puestos en libertad por su menor grado de implicación en el robo. De momento, ningún policía ha sido acusado. Todos los agentes son conscientes de que está prohibido errar en este caso, y de que investigaciones tan complejas como ésta requieren paciencia y tiempo. Sin embargo, los meses transcurren y cada día pesa como una losa sobre este grupo de élite. "¿El futuro de la unidad? Pues bastante incierto, la verdad", reflexiona un agente veterano.

Robo en la Jefatura

- La sustracción de 100 kilos de cocaína y heroína en los calabozos de la Jefatura Superior de Sevilla sale a la luz en mayo de 2008.

- Siete narcotraficantes quedan libres tras revelar los análisis que los alijos contenían azúcar en vez de droga. Ningún policía ha sido detenido aún.

- El jefe de brigada y tres jefes de grupo de la Udyco de Sevilla son relevados como consecuencia de lo sucedido.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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