El PSE-EE consolida su suelo electoral

El PSE-EE transita sobre un suelo electoral muy seguro. A tal punto consolida su respaldo que una vez en el Gobierno vasco apenas sufre rasguño alguno con relación a las anteriores elecciones europeas de 2004, la crisis no le deteriora como ocurre a nivel estatal y se coloca a menos de un punto del PNV en Euskadi, siendo la fuerza más votada en Guipúzcoa y Álava. Con semejante balance traslada la inquietud a su histórico rival, un PNV que pierde demasiados votos tres meses después de repetir victoria en las autonómicas.

Junto a este encarnado cara a cara entre jeltzales y socialistas, la cita electoral de ayer, desarrollada con absoluta normalidad una vez garantizada la presencia de todas las opciones políticas, confirmó el desafecto hacia la causa europea. Sólo así se explica que la abstención (58,04) subiera casi puntos (55,41) con respecto a la cita anterior.

Menos de siete mil votos separan ahora al PNV del PSE-EE. Una renta muy débil para que los nacionalistas levanten la voz con propiedad, siquiera hasta las próximas elecciones locales, una vez que el escenario vasco intenta coger, con probada lentitud, su velocidad de crucero en la actual legislatura. Incluso, en una supuesta traslación de resultados, se les complica la defensa de la Diputación de Álava porque experimenta un hundimiento en este territorio: con los datos de ayer, PSE y PP juntos triplican su cuota.

Ocurre que el PNV ha perdido muchos más votos de los que sus dirigentes podían llegar a imaginar, quizá en el momento más inoportuno aunque siempre les quede la lógica justificación de que Europa es una cosa y el País Vasco, otra. Tras perder el Gobierno vasco, una victoria tan escasa sobre los socialistas no es el mejor bálsamo, desde luego, para curar la herida.

En su análisis de situación, posiblemente en su reunión semanal de hoy, al EBB no le pasará desapercibida la fuga de votos en Vizcaya. En cambio, aguanta el tipo en Guipúzcoa quizá porque empiece a notar los efectos solidarios que le reporta la escisión de Alkarbide de sus socios de gobierno foral. Con todo, el partido de Urkullu se ha dejado por el camino 45.000 votos de ventaja en su mano a mano con el PSE entre las dos últimas europeas.

Tampoco la izquierda abertzale echará las campanas al vuelo aunque ya se siente "satisfecha" por haber participado. Su foco de largo alcance lo tienen fijado en 2011, pero no desatenderán el dato de ayer que coloca su fuerza en cotas algo superiores al voto nulo de las autonómicas de marzo. Así las cosas, el sector de Otegi se queda sin representante pero envía, sobre todo en Guipúzcoa, un mensaje clarificador a fuerzas como Aralar, especialmente, y EA que acusan el reparto de votos en graneros similares. La coalición abertzale disfrutará de un europarlamentario compartido con ERC, pero, en cambio, comprueba a regañadientes que reeditar su éxito del 1-M no está en sus manos.

El PP, por contra, prolonga hasta Euskadi su alegría por el triunfo general ya que con 23 puntos más de abstención respecto a las autonómicas del 1-M sube dos puntos en su respaldo electoral. Lo hace, eso sí, con dos candidatos bien distintos (Mayor Oreja y Basagoiti) para dos realidades diferentes. Como ocurre con los socialistas, la formación del actual Gobierno vasco no erosiona al PP. Sigue haciendo frío en la oposición.