Una plantilla agitada de 1.440 profesionales
La plantilla del Hospital Povisa protagonizó una tensa huelga durante toda la semana pasada y en la actual seguirá movilizada, con manifestaciones y en asamblea permanente, hasta volver el 8 de junio a una huelga que cumpla el requisito de los plazos en su convocatoria. El conflicto está motivado por la negociación del convenio colectivo, en el que la empresa ofrece un incremento salarial del 1% y se niega a negociar cualquier otro aspecto de sus condiciones.
En la plantilla de Povisa, los médicos conciertan individualmente sus salarios y prestación laboral. El resto de la plantilla trabaja por sueldos sustancialmente inferiores a los del Sergas para las mismas categorías profesionales y con jornadas laborales notoriamente más prolongadas, hasta el máximo de 1.727 horas que fija el convenio como jornada anual, por un salario de unos 1.200 euros mensuales para el personal de enfermería.
La huelga de la semana pasada se desarrolló entre permanentes roces con la policía y una creciente tensión a la que contribuyó la fijación de los servicios mínimos, que fueron modificados al alza por la Consellería de Sanidade a petición de la empresa y pese a estar previamente establecidos. Ello no evitó la paralización de algunos servicios, como el de rehabilitación, y que la anunciada mediación de la Inspección de Trabajo en el conflicto fuera calificada de "paripé" por los sindicatos.
El BNG, a través del diputado Henrique Viéitez, presentó el viernes una batería de iniciativas parlamentarias, entre ellas una interpelación a la Xunta, sobre el conflicto. A su juicio, se está produciendo en el mismo "un abuso de la posición dominante de la dirección de Povisa y del propio Gobierno", con supresión de derechos elementales de sus trabajadores, "algo nada nuevo en este centro, que ya fue denunciado a los organismos competentes y que siempre dieron la razón a la representación sindical".
