"Jefe y empleado pueden ser amigos"
Bilbao muestra su perfil más señorial a quien lo contempla desde la inmensa cristalera del despacho que Inocencio Gutiérrez ha ocupado los últimos 39 años en la séptima planta de Gran Vía 7 y 9, la sede principal de El Corte Inglés en la capital vizcaína. Una "tienda", como dice él, que ha dirigido estas cuatro décadas. Se jubila.
Pregunta. Su padre fue ferroviario. ¿Aplicó sus enseñanzas para dirigir a 1.600 personas?
Respuesta. Mi padre decía que uno sólo puede prosperar formándose y trabajando. Y que había que ser honrado.
P. ¿Cómo ha de ser la relación entre empleador y empleado?
R. Hay que humanizar las relaciones laborales, ver colaboradores, no personas a las que dar órdenes. Convencer, no imponer. Y motivar. Es la política que hemos aplicado, y nos ha ido bien. Jefe y empleado pueden ser amigos.
"Es anacrónico que en pleno siglo XXI el comercio vasco cierre el domingo"
"Tenemos clientes de todos los partidos. El Corte Inglés es aséptico"
P. ¿Ha llegado la crisis a El Corte Inglés?
R. Nuestra dirección general lo ha dejado claro: los surtidos de productos van a ser los mismos, o más; la publicidad va a ser la misma; la calidad será la misma. Sólo nos piden un plus de esfuerzo a la hora de atender al cliente. Hay crisis, pero la combatimos: reajustando márgenes, potenciando nuestras marcas blancas, conteniendo el gasto,...
P. ¿Y abaratar el despido?
R. A día de hoy no hemos despedido a nadie ni pensamos hacerlo. Para dar un buen servicio, necesitamos a todo nuestro personal. Muy mal tendría que ponerse la cosa. Y parece que ya vamos a mejor, que hemos tocado fondo.
P. Llama la atención que en El Corte Inglés de Bilbao sea LAB el sindicato mayoritario.
R. Es algo que tenemos que admitir. Es un fenómeno que no nos lo explicamos aún. Procuramos llevarnos lo mejor posible, pese a que son muy exigentes con todo.
P. El comercio no abre en el País Vasco los domingos.
R. Estamos negociando. Hasta el momento, nosotros hacemos lo que hace la mayoría: cerrar.
P. Suena anacrónico que, en pleno siglo XXI, convertida Euskadi en un polo turístico, su comercio no abra los domingos.
R. Lo es, pero son muchos elementos a valorar. El análisis no es sólo nuestro, sino del sector. No puede ser es que sólo abra El Corte Inglés. Si abre la mayoría del comercio o las grandes superficies, abriremos. No sabemos qué impacto tendría, pero abrir un domingo conlleva gastos. El personal exige contraprestaciones.
P. ¿Es posible la convivencia entre las grandes superficies y el pequeño comercio?
R. Hoy más que nunca. Somos miembros de la asociación Bilbao Centro y de Bilbao Dendak y estamos en la Mesa de Comercio. El comercio pequeño sabe que El Corte Inglés tiene un alto poder de convocatoria. La prueba está en que a su alrededor se instala todo tipo de tiendas. Ellos [los comerciantes] saben que nosotros no hacemos daño, al contrario. La Gran Vía es una zona muy comercial, en gran medida, gracias a El Corte Inglés.
P. ¿No es una pelea desigual?
R. No. El comercio de Bilbao tiene una característica que admiro: la especialización. Su mercancía es muy del gusto del bilbaíno. Tiene de lo bueno, lo mejor. Y gente muy profesional atendiendo. Y una ventaja que envidiamos: el trato personal. En el pequeño comercio, el cliente es amigo. Aquí, por el volumen de gente que entra, eso rara vez ocurre. El otro día fui a una tienda a comprar alfombras y me sirvieron un café.
P. ¿Qué es lo que envidia del Casco Viejo?
R. Es como un gran almacén dividido en comercios. Tienes de todo: restaurantes, bares, tiendas,... Y tiene encanto, atractivo, vida,... Nosotros no lo tenemos.
P. ¿Por qué El Corte Inglés carece de la imagen agresiva de otras grandes superficies?
R. Por el servicio que damos y porque, desde el primer día, nuestra idea era imbuirnos en Bilbao, ser Bilbao. Somos patronos del Museo de Bellas Artes, patrocinamos eventos culturales y deportivos,... Incluso impulsamos, con un concurso de ideas, el lanzamiento de la Aste Nagusia.
P. Se jubila usted tras abandonar el PNV el Gobierno vasco.
R. Nuestra relación siempre fue cordial. Esta empresa presume de llevar limpia la solapa. Un vendedor ha de ser imparcial. Tenemos clientes de todos los partidos. El Corte Inglés es aséptico.
P. ¿Qué nota le daría a la gestión empresarial del PNV?
R. Hemos crecido y alcanzado nuestros objetivos. No nos fue mal con el PNV. Suponemos que con el PSE será igual.
P. ¿Les asusta el cambio de un Gobierno conservador, próximo al empresariado, a otro progresista, sensible con el trabajador?
R. En absoluto. Quiero pensar que las cosas seguirán igual.
P. ¿Era necesario un cambio político en el País Vasco?
R. Mi padre me dijo una vez: "Si vas a trabajar, dedícate a trabajar. La política déjasela a los políticos". Y le he obedecido.
P. ¿Imagina una Euskadi sin violencia?
R. Iría mejor, sin duda. El turismo, que ya ha crecido mucho, crecerá aún más. Y el turismo es riqueza para todos, para los grandes y para los pequeños.
Inocencio Gutiérrez Oyagüe
Inocencio Gutiérrez Oyagüe nació en 1932 en Medina del Campo (Valladolid). A los 14 años, edad a la que empezó a fumar, vicio que no ha abandonado, ingresó en El Corte Inglés. En 1969, coincidiendo con la apertura de la gran tienda de Gran Vía, llegó a Bilbao "un día gris y lluvioso". Un año después era director, cargo que abandona con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en su solapa. Lo deja por petición de su mujer. "En el tiempo que nos quede queremos viajar y descansar".
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