De la cerrazón a la esperanza
La retirada de los títulos a Franco en Alicante permite honrar a las víctimas
Fue una sorpresa, nadie lo esperaba. La decisión de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, del PP y nacida en 1971, de aceptar la moción de los socialistas para retirar al dictador Francisco Franco los títulos y honores de la ciudad, inaugura un nuevo tiempo y confirma que algunos dirigentes del PP, jóvenes y que no conocieron el franquismo, se alejan de la confrontación en torno a la memoria histórica.
Ni la oposición socialista, ni los miembros de la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica de Alicante sospechaban que el PP unánimemente pudiera votar a favor de retirar a Franco los títulos de hijo adoptivo, alcalde honorífico y la medalla de oro, y menos en contra de lo que acordaron en febrero de 2008, cuando siendo alcalde Luis Díaz Alperi rechazaron idéntica propuesta.
Castedo quiere que los monumentos "respeten la ley y la Constitución"
Durante los últimos cuatro años, la Comisión de la Memoria Histórica de Alicante, de la que forman partes escritores, artistas, historiadores, profesores y diversos colectivos progresistas, ha tropezado con la indiferencia de las autoridades municipales. Su objetivo es que Alicante, ciudad donde concluyó la Guerra Civil con cientos de muertos, y en la que se cometieron más de 640 ejecuciones de republicanos entre 1939 y 1943, tenga "escenarios de su memoria", para que estos capítulos no caigan en el olvido. Para ello pretenden instalar una escultura de Eusebio Sempere en el puerto de Alicante, frente a la Explanada, desde donde zarpó el Stanbrook con 2.600 republicanos hacia Orán; otro monumento estaría en el Campo de los Almendros (en la Goteta), convertido en campo de concentración de los republicanos que no lograron escapar, y el último escenario sería el Mercado Central, donde fallecieron más de 300 personas durante un bombardeo de los fascistas italianos.
Para lograr este triple objetivo la Comisión emprendió hace años un amplio programa de actividades (recogida de firmas, manifestaciones, reuniones, galas o venta de obras de arte...). Pero el gobierno del PP presidido por Luis Díaz Alperi contestó con la indiferencia y la negativa. En septiembre de 2007, la Comisión llegó incluso a recibir una subvención de 28.950 euros del Ministerio de la Presidencia para construir el Memorial del Campo de los Almendros, y por la falta de permiso municipal han devuelto la ayuda. Su travesía en el desierto y el calvario de la "cerrazón" a la que les tenían "acostumbrados", en palabras del sindicalista Manuel Parra, parece que podría terminar. Varios miembros de la Comisión Cívica consultados ayer por EL PAÍS coinciden en que ha sido una "agradable sorpresa" que se despoje a Franco de los títulos que ostentaba. "El sentido común se impone a la irracionalidad. El PP ha reflexionado sobre su torpeza y acepta la senda del respeto y la legalidad", apunta el portavoz de la Comisión, el escritor y cronista de Alicante Enrique Cerdán Tato. No obstante, todos inciden en una misma idea: "No se puede hablar de negociación en este tema, sino de conversaciones".
El cambio de actitud y talante es reciente. A los pocos meses de llegar Sonia Castedo a la alcaldía hubo una primera reunión, que fraguó el pintor Mario Candela con el nuevo concejal de Cultura, Miguel Valor. Allí la Comisión expuso sus reivindicaciones y el edil del PP les emplazó a hablar directamente con la alcaldesa. En abril, Sonia Castedo recibió en su despacho oficial a una delegación de la Comisión. La reunión fue "cordial, pero sin concretar nada", según algunos de los asistentes. A los pocos días, y a raíz de la restauración por parte del Ayuntamiento, del Monumento a los Caídos de La Vega Baja, ubicado en Aguamarga, la alcaldesa confirmó que retiraban "los símbolos que más susceptibilidades puedan herir", en referencia al yugo y las flechas falangistas. Y ese mismo día mostró su disposición a colaborar con esos tres monumentos siempre que "no hieran a nadie". Fuentes próximas a Castedo avanzan que la alcaldesa está dispuesta a aceptar "casi todas" las reivindicaciones de la Comisión Cívica "siempre que los monumentos respeten la legalidad y la Constitución vigente".
Cerdán Tato, a título personal, reconoce que la nueva alcaldesa de Alicante "es sagaz y sabe jugar sus cartas", y considera que la decisión del pleno del pasado viernes de retirar a Francisco Franco los títulos abre ahora un amplio abanico de posibilidades para empezar a revisar el callejero y los monumentos de Alicante para cumplir la Ley de la Memoria Histórica.
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