La UE busca una salida para Opel
Varios Gobiernos temen que la compañía privilegie a Alemania por sus ayudas
La crisis de Opel está provocando profundas reticencias entre los trabajadores de la firma en varios países (España, Reino Unido, Suecia, Polonia y Bélgica, principalmente) que temen que el plan de salvación que impulsa el Gobierno de Alemania, sede histórica de la matriz europea, privilegie a sus trabajadores. El portavoz de Competencia de la Comisión Europea advirtió ayer de que "no puede darse la situación de que las ayudas públicas se condicionen a que el cierre de plantas se realice en un país y no en otro".
Bruselas ha convocado hoy una reunión de los ministros de Industria y Economía para encontrar soluciones, a la que asistirán también el comisario de Industria, el alemán Günter Verheugen, y la comisaria de Competencia, Neelie Kroes.
La crisis de Opel, que emplea unos 55.000 trabajadores en Europa, se agravó la pasada madrugada al fracasar las conversaciones entre Estados Unidos (que intenta evitar la quiebra a General Motors, el mayor constructor de vehículos, y propietario de Opel) y Alemania. Tras ocho horas de negociaciones, General Motors pidió 300 millones de euros adicionales de subvenciones públicas al Gobierno de Berlín que ya había aceptado conceder 1.500 millones. Tras la inesperada petición, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank -Walter, prometió que llamaría a su homóloga Hillary Clinton.
La mitad del empleo de Opel se encuentra en Alemania. Otros países con factorías importantes son España (7.752), Reino Unido (4.700), Suecia (4.000), Polonia (4.000), Bélgica (2.500), Austria (1.600) y Francia (1.500). El temor de la mayoría de estos países es que un aumento de ayudas públicas por parte de Berlín redunde en una mayor garantía para los trabajadores de Alemania.
El secretario de la Federación Europea de Metalúrgicos, Peter Scherrer, reclamó ayer "una acción concertada" y aseguró que "no se podía permitir que haya ganadores por un lado y perdedores por otro".
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, envió ayer un mensaje de tranquilidad asegurando que se está trabajando para asegurar que la fábrica de Figueruelas "continúe con su producción y empleo".
Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras manifestaron ayer que "consideran necesario que el Gobierno aporte capital para participar en la sociedad fiduciaria que surja de la segregación de la filial Opel del Grupo GM y poder defender mejor el empleo y la viabilidad futura de la empresa". Los sindicatos destacaron la alta productividad de la factoría española, "que sólo representa el 13,9% del volumen del empleo de Opel pero produce algo más del 25% del total". UGT y CC OO pidieron al Gobierno español la máxima coordinación con Alemania.
El futuro de Opel se encuentra condicionado por la batalla que libran para su adquisición el grupo italiano Fiat, el canadiense Magna y el chino BAIC. Por su parte, los 4.000 concesionarios europeos, que emplean a 120.000 trabajadores, están dispuestos a invertir unos 500 millones de euros para contribuir a salvar a la compañía.
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