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Dogi va a concurso con una deuda de más de 15 millones de euros con la Generalitat

El Instituto Catalán de Finanzas ha sufragado dos operaciones de la textil

Lluís Pellicer

La filial española de Dogi presentó ayer en el Juzgado de lo Mercantil de Barcelona el concurso de acreedores al no poder afrontar los pagos con sus acreedores y proveedores. El grupo de la familia Domènech acumula un pasivo de 42 millones, de los cuales 28 millones son deudas con entidades financieras. Según la memoria que presentó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) le prestó 8,5 millones en 2008 para las nuevas instalaciones del Masnou.

Además de esta cantidad, el ICF dio en 2003 otro préstamo de 14 millones de euros a Bolquet SL, la sociedad inversora de la familia, para que acudiera a una ampliación de capital que realizó en agosto de ese año. La familia respaldó el crédito con la finca que ocupa el centro de trabajo del Masnou y que, el año pasado, volvió a hipotecar para pedir el segundo préstamo. Medios de la Generalitat aseguraron que quedan por devolver entre 15 y 16 millones, lo cual confirmaron también fuentes accionariales.

La sociedad acumula unas deudas de 42 millones de euros

El grupo, que fabrica tejido elástico para trajes de baño, debe también seis millones de euros a proveedores, cinco a otras empresas del grupo y tres a las administraciones en concepto de IVA, IRPF y cuotas a la Seguridad Social. El grupo atribuyó ayer la entrada en concurso a la reducción de las ventas, los costes de la unificación y traslado de las fábricas de Parets del Vallès y Cardedeu al Masnou, y la restricción crediticia.

Fuentes accionariales explicaron que el socio minoritario, Hispánica de Calderería, que tiene el 9,26% del capital, intentó este año buscar inversores privados para hacerse con las participaciones de la familia Domènech a causa de las "profundas discrepancias" que mantenía con ella por la gestión de la sociedad. Pero la delicada situación de la empresa, que arrastra números rojos desde 2001, hizo desistir a todos los interesados. En la junta de accionistas del 4 de junio, Hispánica exigirá un asiento en el Consejo de Administración para vigilar el proceso concursal.

El comité de empresa de la planta del Masnou se mostró sorprendido ayer por la decisión de la empresa. Dogi declinó concretar si su plan de viabilidad incluirá más despidos. Ya echó a 123 trabajadores en 2007 y presentó en febrero un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal que afecta a 316 empleados. Dogi, fundada en 1954, tiene centros en España, Alemania, Estados Unidos, China, Tailandia y Sri Lanka.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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