El túnel de Vallvidrera llegará soterrado hasta Foix y Numància
La Generalitat impulsa una segunda galería para entrar en Barcelona
El Gobierno catalán está a favor de ampliar el túnel de Vallvidrera: tanto en la galería existente como en las entradas a Barcelona. Y quiere hacerlo pronto. En realidad, secunda la propuesta de la empresa Tabasa, titular de la explotación. Las obras por realizar son varias, pero todas ellas coordinadas. Primero, la apertura de una segunda galería casi paralela a la actual, de modo que una se utilizara como entrada a Barcelona desde el Vallès, y la otra de salida. La segunda medida sería la prolongación del túnel hasta debajo de la plaza de Prat de la Riba, en la calle de Numància, pasando por debajo de la ya soterrada ronda del Mig. Una tercera obra sería la derivación, también soterrada, de la entrada hacia la avenida de Foix, por debajo de la rotonda que distribuye el tráfico de Can Caralleu. El presupuesto global de estas obras es de unos 200 millones de euros: unos 150 millones para la segunda galería y 50 millones más para las vías urbanas soterradas.
El presupuesto global de estas obras es de unos 200 millones de euros
El incremento de vehículos será de 500 al día, sobre los actuales 35.000
La propuesta de Tabasa, apoyada por el Departamento de Política Territorial que dirige Joaquim Nadal, supone un aumento muy moderado del número de vehículos que entraría en Barcelona por el túnel: unos 500 diarios, sobre los 35.000 que utilizan la vía actualmente. La explicación, según los técnicos de la empresa, es que la vía tiene ya dos carriles por sentido en prácticamente todo el trazado. Sólo el túnel de Vallvidrera dispone de tres carriles, de modo que se organizan en dos y uno en función de la hora del día. "Se entra por dos carriles en hora punta y se sale por dos carriles en hora punta, no hay apenas incremento", sostienen los técnicos.
Lo que se gana con una nueva galería es, sobre todo, seguridad, porque habría dos carriles en cada uno de ellos. Para la construcción se utilizaría la actual galería de emergencia que, en el lado Vallès tiene ya un tramo de unos 200 metros con el ancho adecuado. Se trataría de prolongarla por debajo de la montaña hasta la salida actual, formando una línea paralela (aunque ligeramente arqueada) respecto a la galería actual y, en medio, se procedería a perforar una tercera galería mucho más estrecha que se usaría para evacuaciones de emergencia y servicios. La anchura de la nueva galería sería de 12 metros y tendría dos carriles de 3,5 metros cada uno y un arcén de 2,5 metros. En el túnel actual se reducirían los tres carriles a sólo dos de salida, más arcén de seguridad.
En paralelo, se aprovecharía para prolongar la entrada a Barcelona con un túnel y una derivación. "La entrada a Barcelona seguirían siendo, mayoritariamente, Via Augusta y las rondas", explica el informe remitido por Tabasa al Gobierno tras ser aprobado por el consejo de administración de la empresa. El túnel iría hasta la calle de Numància siguiendo la reserva de trazado prevista en el plan general metropolitano. El trazado discurre bajo las calles de Rafael Batlle, Maria Auxiliadora y Gironella, hasta llegar a la rotonda de Prat de la Riba, en la confluencia de la ronda del Mig.
La derivación del túnel hacia la avenida de J. V. Foix iría por debajo de las rondas de modo que apenas tendría consecuencias sobre la trama urbana, más allá de tener que coordinar el tráfico procedente de la zona de Can Caralleu.
El peaje se mantendría, pero, de acuerdo con diversas propuestas, entre ellas la del Ayuntamiento de Barcelona, se adecuaría teniendo en cuenta tanto si se trataba de hora punta y valle, como del número de usuarios del vehículo (a partir de tres se pagaría menos). También se tendría en cuenta la contaminación que emita el vehículo. Al principio, el cobro se discriminaría de forma manual, pero Política Territorial tiene ya firmado un convenio con diversos investigadores (entre ellos algunos de la Universidad Politécnica de Cataluña) para construir cámaras discriminadoras respecto al pasaje, sin perder de vista que el coche puede salir de fábrica indicando su potencia y capacidad contaminante.
Lo que, desde luego, descarta el Gobierno catalán es que Tabasa asuma el coste del mantenimiento de las rondas. Esta petición forma parte del paquete de demandas del Ayuntamiento de Barcelona, pero Política Territorial lo rechaza de plano.
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