Una "isla" catalana que da tres horas de castellano
La escuela Verntallat, en la Garrotxa, tiene el 99% de alumnos catalanohablantes
La escuela pública Verntallat es el único centro de primaria de La Vall d'en Bas (Garrotxa). Está en el pueblo del Mallol, junto al río Fluvià. Es un colegio surgido en 1979 por la agrupación de las antiguas escuelas de Sant Esteve, Joanetes, Sant Privat, La Pinya, Hostalets y Les Preses. Escolariza a 368 alumnos y el claustro lo forman 31 profesores. La Vall d'en Bas, con 2.800 habitantes, tiene muy poca inmigración, al contrario que Olot, la capital de la comarca.
"Somos una pequeña isla" en catalán, reconoce Maria Àngels Pruenca, directora de la escuela. El 99% de los alumnos tienen el catalán como lengua materna y su entorno es totalmente catalanohablante. "Los niños hacen vida completamente en catalán: familia, amigos, entorno. Apenas hay contacto con el castellano", afirma Pruenca. Para "equilibrar" la situación, hace años que ha apostado por impartir tres horas de castellano por semana, además de cuatro de catalán y entre dos y tres de inglés.
Las tres horas de castellano se imparten en todos los ciclos, desde el inicial al superior, y se basan en un temario. Se enseña léxico, estructuras gramaticales, comentarios de texto, dictados y lecturas. "Lo que intentamos es subir el nivel de castellano. Los alumnos salen de la escuela sin problemas para entenderse en esta lengua, aunque se puede mejorar", opina Pruenca, que también insta a perfeccionar el nivel de catalán y de inglés.
Una situación similar se vive en la escuela Joan Roura i Parella, de Tortellà, también en la Garrotxa, un pequeño municipio de 768 habitantes donde apenas hay inmigrantes.
"Tenemos alguna familia holandesa que lleva años en el pueblo, pero no hay africanos ni suramericanos", explica Anna Badosa, maestra y tutora del ciclo superior del colegio, donde cinco profesores dan clase a 58 alumnos. El centro lleva años impartiendo la tercera hora de castellano. "Pensamos que la lengua castellana estaba un poco descuidada", justifica Badosa. La mayoría de los alumnos se mueven en un entorno cien por cien catalán y, según la maestra, lo que más les cuesta es "hablar" en castellano.
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