Los países europeos someterán a sus bancos a una prueba de resistencia
La UE quiere que las entidades no supongan un obstáculo a la salida de la crisis
A diferencia de Estados Unidos, la Unión Europea desconoce cuál es la salud de su sistema bancario. Con el objetivo de conocer la verdad de las "las tripas de los bancos", la Unión Europea promueve que cada país someta a "un examen de resistencia" para averiguar la situación de las entidades financieras europeas. Se trata de averiguar si los bancos europeos tienen capital suficiente para funcionar sin problemas (y, por tanto, puedan dar créditos) hasta que finalice la crisis.
El chequeo se realizará por las autoridades nacionales de cada país sobre la base de unas orientaciones comunes europeas mínimas. El objetivo es asegurar que "las deficiencias de las entidades financieras no serán un obstáculo para la recuperación económica", señala una fuente comunitaria. Igualmente se quiere evitar que una vez superada la crisis financiera "no queden bancos zombis" (aquellos que siguen abiertos sólo por la ayuda del Estado), "como ha ocurrido en Japón", añade la misma fuente.
Las orientaciones serán mínimas porque los Estados no desean informar
La realidad es que Europa carece de una radiografía del estado de salud de su sistema financiero. Estados Unidos, donde se inició la crisis financiera en agosto de 2007, ha logrado aquilatar la gravedad de sus problemas bancarios con bastante precisión. La semana pasada se divulgaron los resultados del "examen de resistencia" que efectuaron las autoridades estadounidenses a sus principales entidades. Las pruebas pusieron de manifiesto, que 10 de los 19 bancos examinados, requerían reforzar sus recursos propios. La recapitalización de este sistema exigirá 55.150 millones de euros.
Desde hace varios meses, el Comité Económico y Financiero (CEF), en el que están representados los 27 Estados miembros, detectó la reticencia de muchos países a desvelar la situación real de sus respectivos bancos. Hasta ahora, Bruselas se había limitado a establecer los criterios para conceder las ayudas públicas por parte de cada Estado para salvar a sus bancos (asegurar la viabilidad a largo plazo, determinar el esfuerzo de recapitalización de cada banco y evitar que las ayudas fueran una distorsión para la competencia). Pero sigue sin conocerse la solvencia y resistencia de cada entidad si la crisis se prolonga más tiempo.
En España el supervisor realiza una vigilancia in situ y constante en las entidades financieras. Ante la crisis, el Banco de España ha redoblado los esfuerzos para conocer con más detalle la situación real. Por eso, tiene prácticamente realizado el examen de esfuerzo.
Ante la incertidumbre, el comité de crisis formado por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y los comisarios Joaquín Almunia (Asuntos Económicos); Neelie Kroes (Competencia) y Charlie McCreevy (Mercado Interior), propugnaron efectuar este test siguiendo el modelo americano.
La iniciativa cuenta con el asesoramiento del Comité Europeo de Supervisores Bancarios. Las orientaciones comunes serán mínimas dada la elevada resistencia de los Gobiernos a compartir información. Hasta el momento sólo hay acuerdo en tomar como referencia común para realizar las pruebas las previsiones económicas realizadas por la Comisión el pasado 4 de mayo, en materia de crecimiento y desempleo. Para este año, Bruselas prevé un 4% de recesión y un aumento de desempleo hasta el 9,9%. El desempleo tiene un impacto directo sobre la morosidad de los créditos y, por tanto, sobre la solvencia de los bancos.
No hay acuerdo sobre las entidades afectadas, ni sobre las características del test, ni sobre el periodo en que deberán realizarse, aunque se baraja el próximo otoño como una fecha límite probable para entregar los resultados. "Los Estados miembros, especialmente Alemania", señala una fuente comunitaria", se oponen a compartir los resultados de los exámenes que realicen en sus bancos". "A lo máximo que aspiramos", añadió, "es a obtener una información genérica".
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