Vueling alerta contra cualquier "trato de favor" a Spanair
¿Cuál es la aerolínea de Barcelona? Vueling, que siempre se ha presentado como tal ante la opinión pública y el mercado, mira con cierto recelo la nueva etapa de su rival Spanair, en manos de empresarios e instituciones catalanes, que aspira a convertirse en la aerolínea de referencia del aeropuerto de El Prat.
"La competencia es incompatible con cualquier trato de favor", apuntó ayer el presidente de Vueling, Josep Piqué, antes de la junta de accionistas que dio luz verde a su fusión con Clickair. Preguntado por su opinión respecto al apoyo institucional de Spanair, Piqué admitió: "es bastante singular, cuando todos los países del mundo han acabado con los proyectos de aerolíneas de bandera". "Pero -continuó- esto no es incompatible con que no haya trato de favor y estaremos atentos para que nadie tenga la tentación".
El peso del capital público en la nueva Spanair es indirecto y se articula a través del 27% que el Ayuntamiento y la Generalitat tienen en Catalana d'Iniciatives y de su presencia en Turismo de Barcelona.
Además, el presidente de Vueling recalcó que, a su juicio, el desarrollo de El Prat no depende tanto de las estrategias de las compañías aéreas, sino del modelo de gestión, y en este sentido defendió una "gestión descentralizada y con criterios empresariales, en la que los aeropuertos compitan entre sí, independientemente de la titularidad". Piqué puso como ejemplo Fira de Barcelona, que esta formada por instituciones públicas pero cuyo consejo de administración es enteramente profesional. Lo que reclamó, en el marco de la reforma de la gestión prometida por el Gobierno central, es que el cambio "se convierta en un debate de poder".
Las juntas de accionistas de las compañías aéreas Vueling y Clickair dieron ayer luz verde al proceso de fusión, que estará plenamente culminada en julio. La boda se cobrará, finalmente, 200 empleos del área de servicio de tierra (handling) y mantenimiento de Vueling, ya que Iberia, que será la primera accionista de la compañía resultante con el 45%, asumirá estas tareas en la nueva etapa de Vueling. La aerolínea tratará de recolocarlos en otras compañías de servicio.
La aerolínea, que pasará de 1.500 a 1.300 trabajadores, facturará unos 800 millones este año y mantendrá una estrategia complementaria a la de Iberia, con la que ofrecerá vuelos en código compartido, salvo en la ruta Madrid-Barcelona, en la que ambas competirán.
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